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viernes, 2 de septiembre de 2016

EL ÁGORA: LA GRAN MENTIRA 15/7/16

El Ágora
LA GRAN MENTIRA

      "Mirá todo lo que tiene esta mina con tanta pobreza que hay en la calle. No se entiende"   (Cristian Medina, cerrajero que abrió la caja de seguridad de Florencia Kirchner).

La gran mentira del relato kirchnerista va saliendo a la luz cada día. El último eslabón de la infinita cadena de enriquecimiento cargado de sospechas de ilicitud es enorme. Y la cadena de los hechos directamente ilícitos sin duda alguna también lo es.
Los 4.600.000 de dólares que  la joven hija de la ex presidenta tenía guardados en la caja de seguridad del Banco de Galicia, contrasta de manera insoportable con la realidad de la pobreza, tal como lo señaló el cerrajero que abrió tal caja. El caso de José López llevando 9.000.000 de dólares a un convento, el recuento de dinero en La Rosadita en medio de vasos de whisky carísimo, las 200 estancias de Lázaro Báez, el pasaje a dólares de los depósitos en pesos de Cristina Fernández, la patológica connivencia entre Cristóbal López y la AFIP de Echegaray con aquellos 8.000 millones de pesos de impuestos no ingresados al fisco y destinados a “inversiones”. Los alquileres, la facturas truchas, las mansiones, los sobreprecios en la obra pública, la llamada “ruta del dinero k” el “éxtasis” del ex presidente muerto ante una simple caja fuerte; todo, absolutamente todo configura la gran mentira del aparato kirchnerista.
Mientras todo el país debió soportar durante más de 4 años un aberrante “cepo cambiario” (que la ex mandataria decía que no existía), la señora sale a dolarizar sus ahorros en secreto a las pocas semanas de que su sucesor en el poder tuvo la valentía necesaria como para salir de semejante encrucijada.
Un paréntesis no menor merece el hecho de que cuando el anterior gobierno obligaba a la gente a ahorrar en pesos, desde la “militancia “ se repetía “esta vez va en serio, la gente va a tener que ahorrar en pesos” en una especie de épica esquizofrénica según la cual toda la población del país debería ahorrar en la moneda que quieren los gobernantes, y no en aquella en la que la gente confía. Especial y justamente cuando los propios gobernantes (ahora ex gobernantes) obviamente tampoco confiaban en tal moneda.
Ver a los mismos amigos del poder, copartícipes del poder y allegados al poder con fajos y más fajos “termosellados” de billetes verdes es tal vez la mejor forma de hacerle entender al pueblo no fanático la realidad de las cosas.
En medio de todo esto, el cacerolazo de hace pocas horas.
Un cacerolazo en el que se juntó gente que legítimamente o no protesta por la suba de tarifas, con militantes y grupos de izquierda que desprecian a esa misma gente. Militantes y grupos de izquierda que colaboraron raudamente con el desastre energético en el que el kirchnerismo llevó al país, protestan contra el tarifazo, mientras la hija de la líder del “modelo de inclusión y matriz diversificada” cuenta sus millones de dólares (no de pesos) en plazos fijos y cajas de seguridad de su hija.
Los mismos que apoyaron al régimen que a partir del año 2006 nos dejó a todos sin autoabastecimiento energético e importando fortunas en gas, fuel oil, gas oil, naftas y electricidad; los mismos que se cansaron de hablarnos de “soberanía energética” por la confiscación de YPF, son los que se desentienden de la necesidad de tener importaciones netas de energía por más de 12.000.000.000 de dólares por año a partir del año 2007 y como promedio. No vale la pena hacer cuentas acerca de lo que podría haberse hecho en el país con esa montaña de plata pagada al exterior a lo largo de casi una década. Algunos dicen que la cifra es bastante menor. Pues bien, concedamos que es menor, digamos la mitad.  6.000 millones por 9 años son 54.000 millones. Y esto sigue, porque para volver al autoabastecimiento hacen falta inversiones, exploración, explotación. Años. No menos de 6 o 7 con toda la suerte. Y como decimos inversiones multimillonarias.
Y el cacerolazo unió a quienes en anteriores cacerolazos eran los “gorilas” y la “derecha” con los grupos y grupúsculos de izquierda que suelen ser más banderas que gente y la “militancia” kirchnerista, es decir adicta al régimen que llevó al país a esta situación.
El cacerolazo, los cacerolos. Los odiados que no pisaban el pastito de la Plaza de Mayo, ¿recuerdan? Juntos y revueltos con los militantes brancatelianos.
Hemos señalado varias veces nuestro profundo desacuerdo con la manera en que se hizo el ajuste de tarifas. Incluso manifestamos nuestro desacuerdo con el “tope” del 400% que nos parece una verdadera locura, ya que permite consumir infinita cantidad de gas una vez superado ese límite que no la pagará jamás.
Nuestro querido país tiene estas particularidades, porque el esquema del tope del 400% es exactamente igual a aquel que en tiempos de Cristina Fernández, en 2013, determinó que las personas que entre enero y agosto de ese año ganaban hasta $ 15.000 mensuales, no tributarían impuesto a las ganancias, aunque al día siguiente pasaran a ganar un millón o dos por mes. O lo que fuera. Juntos y revueltos.
El cerrajero sí que dijo la justa. Con la pobreza que hay en la calle, “mirá todo lo que tiene esta mina”. Filosofía de estaño, se decía en otra época, aludiendo al “estaño” que cubría la mesa de la barra de los bares. Filosofía en estado puro.
Y estos mismos militantes, además, son los que dicen y repiten y pontifican que este gobierno gobierna “para los ricos”, en cambio el kirchnerismo y “esta mina” que de algún modo lo representa, dejó la “pobreza que hay en la calle”, pero gobernó para los pobres.





Buenos Aires, 15 de julio de 2016                                            HÉCTOR BLAS TRILLO


                               

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