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lunes, 20 de agosto de 2007

EL CASO GRASSI (26-11-2002(

Durante todos estos días he venido observando con bastante estupor las peripecias suscitadas a raíz del caso Grassi. En los primeros momentos escribí algunas consideraciones sobre el asunto y luego me dediqué a observar, básicamente, los acontecimientos. Tal como digo, no puedo sino sentirme estupefacto.

Por empezar, los medios periodísticos se han dividido entre los que estiman que el cura es inocente y los que lo ven como culpable. No se trata de que cada uno de ellos fundamente seriamente las razones de una postura o de la contraria, no. Se trata simple, lisa y llanamente de una "hinchada", en el más lato de los sentidos. Increíble.

Por supuesto que cuando digo que no se fundamenta seriamente la postura de unos ni de otros, estoy expresando una opinión personal, ya que en verdad estoy convencido de que unos y otros creen que sí, que fundamentan.

Yo me he referido en su momento al programa de televisión donde algunas personas en las sombras de la electrónica acusaban a Grassi y a un patético juez de la causa, de apellido Meade, hablando en ese mismo programa de la "suite nupcial" del cura, lo cual constituye un prejuzgamiento de una gravedad conmovedora, dicho con todas las letras, que no ha motivado aun su juicio político, sin que se pueda entender por qué.

A la sucesión de hechos a favor y en contra, con "testigos" que dicen una cosa y luego lo contrario, más las acusaciones hechas por personas a las que le caben las generales de la ley por ser "parte" de la Fundación, prefiero obviarlas ahora, para no resultar reiterativo.

La cuestión es que, finalmente, en el día de ayer el Padre Grassi fue puesto en libertad por la jueza de garantías, bajo un régimen vigilado y con limitaciones, al tiempo que continúa el procesamiento.

Siempre me he manifestado en contra de meter presa a la gente sobre la base de denuncias o acusaciones si no existe al menos una prueba contundente que justifique las cosas. Privar a una persona de su libertad es de una gravedad inmensa, aparte de lo que significa para el buen nombre y honor tal hecho, ya que presos van los reos, así de simple. Cualquiera de nosotros puede caer en tal situación, ya que como es obvio nadie está libre. Esto no es una cuestión menor.

Hay una tendencia a creer que cualquier acusación tiene el valor de una prueba testimonial suficiente para comprobar un delito. Eso no es cierto y los jueces y fiscales, que tanto aparecen por televisión, no deberían cesar de reiterarlo para que de una buena vez por todas se tome debida nota.

Por otra parte, la situación de Grassi sigue siendo muy comprometida, de donde resulta cuando menos infantil "celebrar" su libertad condicional.

Los medios han tomado partido de manera ideologizada y dentro del pauperismo que los caracteriza, casi sin excepción. Hace un par de semanas el mismísimo Mariano Grondona hablaba de que con seguridad cada uno de nosotros tendrá una posición tomada respecto del caso. ¿Y por qué habría que tener una posición tomada?, francamente no se entiende. Uno puede tener posición tomada respecto del accionar de la Justicia, que más o menos es lo que yo estoy tratando de expresar, pero..¿tener posición tomada respecto de si el cura es culpable o no?, resulta incomprensible.

Es moneda corriente ver cómo desde el canal 2 se dice de todo del canal 9 y viceversa, por ejemplo. Ver a ciertos personajes debatirse en acusaciones e insultos mutuos de una inconsistencia autoritaria conmovedora no parece ser muy reconfortante, ahora que el denominado COMFER quiere llamar al orden a la telebasura.

Anoche, por ejemplo, Lanata prendía el ventilador contra todo el mundo de Canal 9, incluida la locutora que dice el tiempo y el comentarista deportivo Lito Pintos. Si esto no es fascismo el fascismo dónde está. No es que pretenda agarrármela con Lanata, aunque todo el mundo sabe que está en la antípoda de mi modo de ver y querer el mundo. Se trata simplemente de que estaba viéndolo en ese momento, luego de terminar TVR. Esta gente que la va de "progre" y que se cansó de acusar a los demás de "fachos" y de elaborar listas negras, hacen su propia lista con una liviandad y un grado de cinismo estremecedor. Hasta la locutora entró y zafó Rolo Villar porque seguro que el Gordo no se acordó el nombre. Impresionante.

En fin, paréntesis bronquial, que le dicen. Sigamos. Por supuesto que desde el canal 9 también dicen de todo de Lanata, de la gente de TVR, de Jorge Rial y demás. Y en general los muchachos del 2 consideran a Grassi culpable de cuanto se diga de él, sin excepciones de ninguna índole. Y si faltan pruebas, pues entonces se trata de acusar al cura de tener los abogados más caros del país, y que...por algo será...Repito: impresionante. Los del 9 por otro lado si pueden establecen un "San Grassi" para liberar al acusado de toda mácula.

El diario Ámbito Financiero ha gastado tinta a rolete defendiendo al cura con argumentos atendibles algunos, y descabellados otros. Las acusaciones al "grupo Clarín" llamándolo "monopolio" cuando manifiestamente no es tal cosa creo que me eximen de mayores comentarios.

Fantasmas y más fantasmas para dilucidar un hecho que sólo podrá quedar esclarecido sobre la base de pruebas contundentes y no de chicanas, insultos, listas negras, ofensas, ataques, bromas o lo que sea.

Creo firmemente que estamos ante una insita descomposición social e intelectual de proporciones incomensurables. Lo digo como lego, porque no soy sociólogo, pero lo digo desde la convicción que me da el hecho de llevar tantos años observando la realidad.

Las bajezas acusatorias muestran la crueldad, el ensañamiento, la pobreza intelectual, la chabacanería, la estupidez de quienes las llevan a cabo. Las defensas sobre la base de la "fe" y de que lo que se pretende es "atacar a la Iglesia" son igualmente pequeñas, estrechas, poco inteligentes, tan sólo impregnadas de un sustento emocional de poco vuelo.

La pregunta es por qué razón llegamos a esto. Por qué razón un religioso termina acusado, denigrado, burlado, preso, insultado y atacado de mil maneras por una acusación de abuso deshonesto llevada a cabo en una pantalla de televisión. Y por qué razón la defensa se gesta básicamente sobre apreciaciones de fe, de que "no puede ser", de que "yo creo en Grassi" y similares. Es patético todo, no me digan que no.

Los argumentos de que Grassi está defendido por profesionales carísimos no son más que un nuevo intento descalificador que no va al fondo de la cosa. Podrá ser antipático, pero alguien puede contratar un Estudio Jurídico carísimo para defenderse y está en su derecho de hacerlo. En rigor, los estudios jurídicos carísimos a alguien defienden. Seguramente estará muy bien defendido, pero eso no obsta a que si es culpable deba ser condenado. Y si obsta, estamos en otro problema.

Porque de lo contrario volvemos al viejo adagio que dice que "hay justicia cuando falla como yo espero y no la hay cuando falla en sentido contrario". La reiteración de sospechas sobre Grassi porque tiene de su parte Estudios Jurídicos caros no va al fondo de las cosas, y pone en duda la inocencia del acusado simplemente porque alguien, o él mismo, paga tales Estudios. ¿Podemos acusar a Grassi con testigos y pruebas más o menos serias que demuestren que está involucrado en los hechos o nos limitaremos a decir que la gente de canal 9 es fascista, que el cura está vinculado con el poder y que no caben dudas de que las denuncias son ciertas?. Porque dicho así esto es una real tontería.

Y para terminar, el aspecto de las pruebas psiquiátricas, que al parecer Grassi no quiso llevar a cabo. No soy abogado y por lo tanto desconozco cómo funciona el procedimiento en este aspecto, pero tengo claro que nadie está obligado a declarar contra sí mismo. Yo la verdad que no me sometería a pruebas psiquiátricas llevadas a cabo desde una Justicia que actúa como actuó con el susodicho. Fiscales y Jueces que prejuzgaron y encarcelaron al cura por televisión no me merecen ninguna confianza. Yo me pregunto si alguien en su sano juicio aceptaría hacer tales pruebas en las condiciones en que se desarrollan los acontecimientos. Insisto: yo me negaría.

En definitiva, como suelo decir, estamos como estamos porque somos como somos. Culpable o inocente, Grassi o quien sea no merece el distrato a que ha sido sometido. Tampoco es razonable que se preste a saludar a su "hinchada" como si se tratara de un ídolo deportivo. Una hinchada que considera que está en libertad, casi como si fuera inocente, cuando en verdad está condicionado, limitado y procesado.

Héctor Trillo

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