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martes, 14 de diciembre de 2010

VÍCTOR HUGO Y LAS MALAS PALABRAS 2/12/10

El domingo pasado tuve oportunidad de escuchar en la radio un largo reportaje del relator Víctor Hugo Morales al técnico de Vélez, Ricardo Gareca.
Por supuesto estaba yo distendido siguiendo un programa de deportes y escuchando con interés las apreciaciones futbolísticas no sólo del técnico Gareca, sino del propio Víctor Hugo, que de fútbol sabe realmente mucho.
Sin embargo, fui sorprendido por un comentario hecho al pasar por el relator que me dejó pensando. Dijo textualmente "no siempre conservador es mala palabra", y siguió charlando del tema en cuestión -el fútbol- como si tal cosa.
Yo no tengo ideas conservadoras y la verdad es que no me interesa especialmente a quienes sí las tienen, que no son pocos. Pero me quedé pensando en el desliz de este personaje público que cada vez tiene una mayor vocación política y no sólo no la disimula al llevar adelante un programa de televisión con el título de "Bajada de línea" que por su propio nombre se relaciona de inmediato con la propaganda política, justamente; sino porque además no pierde oportunidad de hacer comentarios fuera del contexto en el que está hablando. Obligando a consentir al entrevistado, o al menos a quedar pagando.
Porque yo no sé lo que piensa Gareca, pero las ideas de cada uno y su definición semántica no son una mala palabra, al menos en una democracia liberal donde el pluralismo es su esencia. Tal vez, el técnico no se dio cuenta del comentario. Tal vez sí lo hizo y la charla siguió y consideró que no valía la pena decir nada. No lo sé. Pero no me gusta que se descalifique una ideología por el simple hecho de serlo.
Y esto lo aclaro: cuando una ideología está vinculada con la violencia o el crimen, por ejemplo el nazismo, puedo entender que alguien hable de "mala palabra". Pero ser conservador en el mundo entero tiene una definición ideológica y hasta podría decirse que depende dónde estamos puede significar el mantenimiento de tradiciones de derecha o de izquierda.
Entonces ¿qué le pasa a Morales? ¿A santo de qué ese comentario descalificador, autoritario y francamente intolerante y hasta faccioso?
No lo sé.
Recordé que alguna vez en medio de un relato de un partido de fútbol salió con una descalificación al menemismo. Recuerdo que se lo hice saber porque quienes escuchan un partido pueden sentirse agredidos y encima sorprendidos en su buena fe. Sé que Víctor Hugo me respondió al aire y sé que de alguna manera se disculpó lo cual me pareció muy sano de su parte.
Pero es evidente que la incontinencia verbal lo puede. Y veo que no es la primera vez. Además veo que le ocurre muy seguido últimamente, porque lo he comprobado escuchando al pasar su programa mañanero en la radio.
La defensa al ultranza de ciertos modelos ideológicos no conlleva la descalificación de otros. Este relator está incurriendo cada vez con más frecuencia, insisto, en la descalificación de los que no piensan como él. Que son muchísimos y que además no son ni de lejos convervadores.
Por ejemplo, su defensa de la llamada "ley de medios" lo lleva a considerar poco menos que basura ideológica a quienes no coinciden con tal ley. Y es muy curioso porque hay alguien que fue Tumaparo y que es hoy presidente de la tierra de nacimiento del relator: Uruguay, y que ha señalado públicamente que la mejor ley de medios es la que no existe, pensamiento con el que personalmente coincido.
No tengo ganas ni forma de hacer que una persona de más de 60 años que trabaja en la radio y en la tele desde hace tantos años, reflexione y mida sus palabras. Pero no estaría mal que él por las suyas lo hiciera.
Las mala palabra en este caso no es ser conservador, sino decir, precisamente, que ser conservador es mala palabra.
Héctor Trillo

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