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martes, 19 de agosto de 2008

SIGUE LA CUENTA REGRESIVA (10/8/2008)

ACTUALIDAD ECONÓMICA: SIGUE LA CUENTA REGRESIVA

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/Las complicaciones en materia económica han derivado en espesas disputas en materia política dentro del gobierno, provocando entre otras cosas renuncias no siempre esperadas y pérdidas en los títulos públicos impensadas hace unos meses./

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La falta de un entendimiento con el Club de París no es más que una pátina de peso específico propio, pero no la única causa por la cual la Argentina no accede al crédito internacional a tasas razonables. Justamente en el día de ayer escuchábamos a un conocido economista, banquero y político explicando en un reportaje radial que no había razones sólidas para la caída de los bonos y de la Bolsa ocurridos en los últimos días; lo cual nos llamó poderosamente la atención.



Es que en verdad, cuando las cosas ocurren es por algo que ocurren. Decir esto es de Perogrullo, pero no deja de ser necesario. El empresario de marras responde a determinados intereses y probablemente por añadidura tiene un esquema de ideas que propone que las consecuencias de los actos de un gobierno vacilante no deberían repercutir en la vida económica, pero sí lo hacen. Es que los mercados más que equivocarse se anticipan.



La visita de Lula Da Silva tuvo como correlato la incorporación de Hugo Chávez conformando un trío para la foto que difícilmente haya sido agradable para el mandatario brasileño. Pero es que la Argentina acaba de venderle 1.000 millones de dólares en bonos al país caribeño a una tasa del 15% anual. Y justamente es Venezuela prácticamente el único recurso financiero externo con que cuenta el país.



A las pocas horas Venezuela se deshizo de los bonos argentinos con lo cual la caída del valor de los mismos se hizo más profunda y más cruda y evidente la realidad que nos toca.



Como se sabe, la caída de los títulos incrementa la tasa de rendimiento, lo cual es equivalente al aumento del riesgo país. Y por lo tanto la caída de la Bolsa no fue por casualidad o por falta de razones sólidas, como decía, palabras más palabras menos, el economista-banquero al que nos referimos al principio.



La salida de José Sbatella de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia se debe, según afirman todos los medios, a una pulseada por el eternamente ratificado secretario de comercio Moreno.

Pero tal salida es una más de las varias que se han producido en estos últimos tiempos, corroborando, por si fuera poco, una continuidad en la línea ideológica en materia económica, basada en la idea de que los empresarios y las empresas son los causantes de la inflación y deben ser controlados y acorralados para que, literalmente, */se porten mejor/* . El absurdo del trasfondo ideológico del secretario Moreno lo hemos comentado muchas veces y no volveremos sobre el particular en este caso, pero es obvio que nadie puede suponer que la línea de arbitrariedades y prepotencia conducirá a mejorar la ecuación económica. Muy por el contrario.



Ignacio de Mendiguren, reconocido artífice del tipo de cambio competitivo y por lo tanto de las devaluaciones de la moneda en reemplazo de la verdadera y genuina competitividad, acaba de afirmar que la inflación está en torno del 25% anual. El crédito se ha encarecido notablemente y la situación se complica cada día más. Mientras tanto, la mentira del Indec sigue ratificándose día a día. Ya no es solamente el campo el que se queja públicamente. De Mendiguren representa el pensamiento más acabado del intervencionismo estatal defendido a rajatabla por la UIA. El inmenso costo de adquirir divisas emitiendo moneda durante más de 5 años ha dado lugar a una crisis inflacionaria de la que no se saldrá fácilmente. Menos aún se saldrá cuando formalmente no se la reconoce, no ya en sus verdaderas causas, que no son otras que la emisión espuria de moneda, sino que no se la reconoce de ninguna forma.



El Ministro del Interior también ha contribuido con lo suyo: Me parece que los empresarios en la Argentina tienen que tener mayor responsabilidad, porque todos sabemos que el Gobierno no es solamente el responsable de algunos incrementos de precios... Uno no termina de entender. Lo que Randazzo (el Ministro) acaba de decir que es que el Gobierno */sí tiene responsabilidades/* en algunos incrementos pero no en otros. A su vez, ratifica la línea ideológica según la cual miles y miles de personas, a la sazón empresarios, actúan de manera mancomunada y con la proverbial */mala leche/*, por decir lo menos. El panorama para los inversores, y el llamado clima de negocios, no podía ser peor.



El renunciado Sbatella al parecer había enviado un informe a la Auditoría General de la Nación y también a la Sindicatura, en el que acusa al secretario Moreno de */facilitar la/* */confusión entre la/* */negligencia y los delitos /*en la lucha contra los monopolios.



Los monopolios comerciales no subsisten fácilmente sin la colaboración de los Estados. La apertura económica facilita desde siempre la competencia y no es razonable proteger a empresarios inventando una competitividad fraguada que en verdad no existe a través de artilugios monetarios o capitalismo de amigos, como ocurre reiteradamente en la Argentina.



El periodista Nelson Castro afirma en su comentario dominical del periódico Perfil que el ministro de economía también amagó renunciar al tiempo que lo hacía Alberto Fernández. Los rumores son muchos. Hasta hubo quienes afirmaron que se había intentado el regreso de Roberto Lavagna, cosa que fue rotundamente desmentida.



En verdad, y en la práctica, lo único que sobresale en estas cuestiones es que un personaje casi de historieta ha venido manejando la economía con la evidente complacencia del matrimonio presidencial. Ahora han salido las voces críticas, como la del diputado Felipe Solá. Pero hasta no hace mucho tiempo, el silencio ante las bravuconadas de este secretario de Estado se hacía oír en prácticamente todo el espectro empresarial y político, con la sola excepción de algunos ruralistas. Por miedo o por complacencia.



La designación de Carlos Cheppi en la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca estuvo signada por la insólita actitud del Gobierno ante el campo. Desde la no concurrencia a la Exposición Rural de ningún funcionario hasta el retiro de los stands que ya estaban armados pertenecientes a entes u organismos nacionales o provinciales. Pero el caso de Cheppi ha sido todavía más incomprensible, porque luego de afirmar que no recibiría a la llamada Mesa de Enlace de los ruralistas en forma conjunta, sino que lo haría individualmente, terminó reuniéndose con todos juntos desvirtuando así sus propias declaraciones públicas y mellando de manera definitiva su credibilidad y su poder.



Por su parte, el vicepresidente, concurría a la Exposición Rural justamente el último día y apremiado por las circunstancias, evidentemente. Porque de lo contrario la visita la hubiera hecho de entrada.



En nuestra opinión todas estas actitudes colaboran de manera dramática a desmejorar la situación económica. A ello se suma la caída de los precios internacionales de las /commodities/. Pero sobre todo lo que se pone en evidencia es la manifiesta incapacidad de gobernar de manera seria y responsable.



La designación de Sergio Massa, a quien todo el mundo parece ponderar por su paso por el Anses, ha pretendido ser una limpieza de cutis para la vida política. Así, se ha afirmado que fue debido al joven funcionario, que la presidenta aceptó luego de varios años dar una conferencia de prensa. Sin dejar de decir que tal conferencia fue bastante restringida y tuvo varios aspectos francamente inaceptables que no están dentro del marco de este comentario, la verdad es que Massa ha reemplazado a uno de los ministros con poder con que contaba el Ejecutivo. El otro es De Vido, claro está.



No diremos mucho de Massa, excepto que no compartimos en absoluto su supuesta eficiencia en el cargo que ocupara en el Anses. Entre otras cosas porque todavía estamos luchando profesionalmente con el llamado SUAF (Sistema Único de Asignaciones Familiares) cuya pretensión de máxima ha sido la de que las asignaciones familiares sean abonadas por el organismo estatal y no por las empresas mediante el sistema de compensaciones que ha venido utilizándose hasta ahora. Esto y demorar los pagos a los trabajadores por innumerables razones burocráticas es lo mismo. Sí podemos decir que se trata de un funcionario mediático, sonriente, que aparece como /buen comunicador/ . Lo cual nos hace pensar que en el Gobierno está privando el razonamiento de que si se comunican mejor las ideas éstas serán entendidas mejor por la gente. Cuando en realidad las ideas no requieren mayor comunicación, sino que lo que en verdad hace falta es que los hechos sigan otro curso.



Si pensamos en lo ocurrido en los últimos años con las prohibiciones de exportaciones, la fijación de retenciones adicionales como castigo por subas de precios, los controles de precios y de costos, la casi clausura del Mercado de Liniers, la circulación de listas sin firma de precios en tal mercado, la intervención y la mentira del Indec, y un millón de etcéteras, tendremos bien en claro que la cuestión no pasa por comunicar, sino por hacer.



Señalar la contradicción de una pareja gobernante cuyo buen pasar económico es evidente y declarado, al tiempo que le pide a los empresarios que se porten mejor y distribuyan más va dejando de ser un golpe bajo para convertirse en una necesidad. La prepotencia tampoco es razonable, sino antes bien la cara más cruda de la impotencia.



Al momento de concluir estas líneas se anuncia por radio que el día lunes se anunciarán nuevas medidas financieras para tratar de paliar la crisis. La cuenta regresiva no ha concluido todavía, pero estamos acercándonos rápidamente al final. Cada vez más rápidamente. La toma de distancia de gobernadores, intendentes, senadores, diputados, y del mismísimo vicepresidente de la Nación no hace sino corroborarlo.



Desde la segunda mitad de 2005 que venimos señalando el agravamiento del proceso inflacionario como una consecuencia matemática del modelo. Nos hemos referido a lo largo de estos años a cuestiones básicas, tales como que las medidas contra la inflación no pueden provenir de funcionarios que anuncian acuerdos de precios o cantidades de kilos para matar un novillo. Hemos repetido infinidad de veces que el sistema según el cual el Estado pretende reemplazar la competitividad con emisión de moneda para comprar dólares caros es un absurdo de proporciones insospechadas. Hemos explicado una y otra vez que la razón de fondo por la cual el Estado puede aplicar retenciones es el tipo de cambio alto y que este se consigue con emisión de moneda, por lo que el superávit fiscal es en el fondo una mentira más. El Gobierno pretende que la inflación no existe y que la poca que hay se debe a empresarios inescrupulosos, insolidarios o directamente extorsionadores, como lo ha dicho Néstor Kirchner tantísimas veces. Y sus ministros, Lavagna, Miceli, Peirano, no han hecho sino actuar dentro de ese marco de concepción ideológica. Lavagna enviaba al campo a formar un partido político si quieren sacar las retenciones. Miceli hablaba de medidas que consistían en acusar a los productores agropecuarios de avaros. Y Peirano era vitoreado por la cúpula de la UIA, la misma que ahora ha comenzado a llorar el deterioro del modelo.



Nada es más doloroso que aceptar la verdad. El mundo sería otro si con el sólo recurso de mantener un tipo de cambio alto todos los países fueran competitivos. Esta verdad de a puño es realmente irrebatible y ni siquiera es ideológica. Es del más puro sentido común.



Por eso insistimos en que la cuenta regresiva, que en realidad no se inició ahora, sino que lo hizo hace ya 3 años por lo menos, aún no ha terminado. Nos esperan tiempos peores, desgraciadamente. A menos, claro está, que el Gobierno se siente a debatir la real situación de las finanzas públicas, el ingente gasto en subsidios, el tipo de cambio, la carga tributaria en su conjunto (incluyendo el trabajo administrativo que implica para los contribuyentes), la eficiencia del Estado y la seguridad jurídica.



Todo aquello que no tome en cuenta estas cuestiones no es neutro, sino que va en camino inverso.










/ / /DR. HÉCTOR BLAS TRILLO/

/ Buenos Aires, 10 de agosto de 2008/

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