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domingo, 6 de agosto de 2017

CARRIÓ Y LOS SUPERMERCADOS

La candidata Elisa Carrió salió a "invitar" a no comprar en los supermercados porque venden caros los alimentos y "estafan a los argentinos" (supongo que a los extranjeros también) . Luego agregó "a menos que ofrezcan descuentos", porque "cómo puede ser que a mitad de semana una cosa valga algo y el fin de semana valga la mitad".
Dijo también que "el abuso en los precios de los alimentos es enorme" y que ella no compraba más en los supermercados desde el año pasado.
Lo primero que viene a mi mente con estas declaraciones es aquella recordada frase del difunto Néstor Kirchner, cuando literalmente dijo "Sr. Coto, deje de meterle la mano en el bolsillo a la gente", la segunda cosa que viene a mi mente es cuando el mismo ex presidente mandó al piquetero nazi Luis D Elía a atacar a la empresa Shell, la tercera cuestión que vino a mi mente es lo que pasó en Venezuela cuando es payaso de Maduro mandó a la gente contra los supermercados y se produjo uno de los saqueos más grandes de la historia de América.
Luego vinieron a mi mente otros episodios, pero no quiero abusar recordándolos a todos. Lo cierto es que esto de mandar a la gente en contra de determinados comercios es, para mí, un acto de profunda irresponsabilidad.
Yo he dicho en este muro que cada vez compro menos en los super, por diversos motivos. Por ejemplo los vinos me parecen carísimos en el Coto de Ramos Mejía. Así que le compro al chino y a otra cosa.
Me pregunté por qué esta señora, que tiene fama de ser tan investigadora ella, no se contacta con los representantes de los supermercados y averigua un poco cómo funciona el sistema de comercialización antes de salir a decir que "estafan a los argentinos".
Pero hay más, culpar a los supermercadistas de provocar la inflación es ignorar cómo funciona la economía, y esta señora eso hizo al decir que los precios de los alimentos "son el núcleo duro de la inflación", lo cual implica que si los precios de los alimentos fueran más bajos, habría menos inflación o no la habría. O al menos no se la incentivaría.
Señora: la inflación es un fenómeno monetario, y si los precios de las cosas suben es porque hay más moneda para poder pagarlas, o de lo contrario dejan de consumirse y los precios bajan. El núcleo duro de la inflación, o más bien el único núcleo, es el déficit fiscal que se cubre con emisión de moneda.
Yo no conozco en profundidad el sistema de comercialización de los supermercados, pero sí sé que los acuerdos con los bancos y las tarjetas para otorgar descuentos tienen que ver con la ventaja financiera que se obtiene.
Que los clientes usen determinadas tarjetas, o que paguen por ejemplo con tarjetas de débito, tienen que ver con el hecho de que los clientes operan con esas tarjetas y eso favorece a los emisores de las mismas, que o bien reciben el dinero en el caso de las de débito, o cobran comisiones e intereses (aparte de los saldos) en el caso de las de crédito.
Cabe recordarle a la señora Carrió, ya que estamos, que esta política de descuentos los fines de semana no la aplican solamente los supermercados, sino la mayoría de las firmas comerciales, desde casas de electrodomésticos o de ropa, hasta los comercios que venden sábanas y colchones o los shoppings en general, con lo cual bueno sería que nuestra benemérita investigadora también se preguntara cómo hacen todos estos comerciantes para vender a un precio durante la semana, y a otro los fines de semana. Y no se limite únicamente a los supermercados. ¿No?, es lo menos que puede pedírsele. Si vamos a hablar de diferencias de precio entre semana y fin de semana, hablemos, pero de todas, y no solamente de las de los súper. Porque en tal caso yo le recomendaría que además de no comprar en los supermercados, no compre en las grandes casas de ropa, o de electrodomésticos, o en los shoppings, o que no saque pasajes de avión en compañías de bajo costo y así siguiendo.
La consultora ABECEB hizo un estudio el año pasado que demostró que la ganancia promedio operativa neta de un supermercado es del orden del 2,7%, especialmente por la inmensa carga tributaria que soportan ya que entre otras cosas (esto lo digo yo) deben vender todo en blanco, cosa que no ocurre en ningún comercio de barrio.
Y acá yo creo que la ganancia de los supermercados está más que nada en la cuestión financiera. Es muchísimo el dinero que ingresa al contado o mediante tarjetas de débito e incluso de crédito, que se cobran a los 15 o 20 días, mientras que los súper compran con 60, 90 y hasta 120 días según he leído.
A mí esto de usar políticamente a los supermercados para hacer campaña me resulta más que cansador. Hace AÑOS que viene repitiéndose la misma cantinela. ¿Qué tal si los cerramos a todos y terminamos con el problema, señora?...eso sí, cerremos tiendas, shoppings, casas de electromésticos y demás comercios que aplican técnicas de comercialización similares, ¿no?
Es decir, cerremos todo, dejemos a los comercios de barrio que figuran casi todos como monotributistas y terminamos con la inflación en la Argentina ¿verdad?

Y, ya que estamos y denunciamos, demostremos por qué los supermercados estafan a los argentinos, y por qué los demás comercios que hacen lo mismo no. ¿No le parece? HÉCTOR BLAS TRILLO 22-7-2017

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