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martes, 15 de enero de 2008

LOS PATRONES DE ESTANCIA

"*Me* están aumentando el alquiler de los campos y eso se vuelca a los
precios de los productos. Tengo instrucciones de ocuparme del tema de
los alquileres y me voy a ocupar con el estilo que me caracteriza".
"Ese zurdito de mierda (Hermes Binner) no me va a torcer el brazo"
Estos comentarios han sido publicados en los diarios y puestos en boca
del secretario de comercio Guillermo Moreno. Vale la pena desmenuzar un
poco lo que dijo, pese a la obviedad. Y también lo que NO dijeron los
paladines de la democracia y de la ética desde los progresistas medios
de comunicación.
Muchas veces nos hemos referido a este oscuro funcionario y sus
expresiones de tinte fascista. Y muchas veces hemos señalado que si un
funcionario de estas características está en el gobierno es porque el
presidente antes y la presidenta ahora, así lo quieren.
El extraño poder que Moreno se atribuye es, simplemente, el poder que le
otorgan los Kirchner.
Alguna vez el Dr. Roberto Lavagna señaló que él personalmente le había
prohibido la entrada a su piso en el Ministerio de Economía, dando a
conocer una curiosa característica de Moreno. Al parecer le indicaba a
quien se acercara a hablarle que debía "ponerse firme" para hacerlo. Es
insólito pero está dicho por el ex ministro.
Son conocidas hoy por hoy muchas anécdotas respecto del que "la tiene
más larga" y las supuestas exhibiciones de armas.
Todo esto ha salido en los diarios. En algunos diarios para mejor decir.
La megalomanía del "me" para referirse a la suba en los arrendamientos
es tan patéticamente absurda como la bolsa de la Miceli o la valija de
Antonini Wilson. El absurdo no tiene que ver con la corrupción, por
supuesto. Y ni siquiera con la megalomanía.
El absurdo se representa por la caricatura. La caricatura del "me" es
equivalente a la caricatura del "ponerse firme". Y es equivalente a la
caricatura de la bolsa de dinero en un baño. O a la caricatura de un
personaje extravagante que trae una valija con efectivo en un avión como
en esas viejas películas norteamericanas en las que el mundo del hampa
no era tal si el villano de turno no aparecía con una maleta llena de
"pacos" de dinero.
Pero el absurdo es ley entre nosotros. Y el absurdo ha llevado a los
funcionarios del gobierno (del anterior y de éste) a justificar lo
injustificable. Alguien decidió que Moreno debía estar, y también que
debía seguir. Alguien salió a defender la decencia de la ex ministra hoy
procesada. Alguien dejó ir del país a Antonini Wilson para después decir
lo más campante que los yanquis debían devolver "al prófugo". Un
"prófugo" que se tomó un avión lo más campante luego de haber
participado, al parecer, en una reunión en la mismísima Casa Rosada. Un
"prófugo" de pacotilla. Un absurdo.
Pero no queremos irnos demasiado por las ramas. La corruptela es una
rama interesante de la vida política argentina en general.
Como en otros tiempos cuando señalábamos que la corrupción en la
Argentina no era patrimonio de un partido político (cosa que llevó a los
opositores de Menem a juntar fuerzas para sacarlo del medio y colocar en
su lugar a un De la Rúa acusado entre otras lindezas de haber estado
involucrado en el affaire de las Banelco), también debemos señalar ahora
que el absurdo no es patrimonio de un gobierno. ¿Recuerdan aquella
fotografía de Alfonsín siendo senador con el papelito en la mano que
decía que había que "cajonear" un proyecto de promoción de un candidato
a juez?. La torpeza de quien lo escribió no fue mayor que la falta de
claridad en las explicaciones dadas por el ex presidente.
Guillermo Moreno es un personaje del absurdo. Bien podría ser tomado por
Antonio Gasalla en una de sus magistrales representaciones de la vida
misma. Una especie de rémora de Viva el Dotor, digamos.
El comentario hecho sobre Hermes Binner no es traído a cuento por la
grosería que implica. Sino por la prepotencia fascista con la que fue
dicho. Delante de representantes del sector lácteo si mal no recordamos.
Que nada tuvieron que decir.
Nadie se hace el guapo si alguien le hace frente. La pólvora acabó con
la guapeza hace 1.000 años. Y hoy la pólvora no es Moreno. Es Kirchner.
Los empresarios le temen a los Kirchner, señores.
Le temen a las prohibiciones de exportación. Le temen a la falta de
financiamiento barato. Le temen a la quita de los subsidios. No a Moreno.
"El estilo que me caracteriza" es eso. Es depender de los Kirchner para
hacerse el guapo. Usar un "estilo" que en realidad es el poder político
de otro. Y nada más.
Acá parece, justamente, que el "sultanato" de Menem termina siendo una
especie de reino de Lord Faquard (el inefable chiquitín de la película
Shrek) al lado de la prepotencia fascistoide de estos pichoncitos.
Decretos de necesidad y urgencia por doquier. Prohibiciones de
exportaciones de carnes, de trigo, de combustibles. Abuso de poder
manifiesto. Y la callada cobardona de quienes temen ver resentidos sus
intereses.
Pero todos perderán. Lo hemos señalado muchas veces. Todos.
No es que solamente perderán aquellos a los que "le toca". Algunos
vienen soportando los embates desde hace rato. Que "le meten la mano en
el bolsillo a la gente", que "extorsionan con los cortes de luz", que
"son avaros y ya ganaron mucho", que "si no bajan los precios ya verán
lo que haremos" y frasecitas de similar tenor resultan huérfanas del
sentido republicano de la vida. Y de la ética. Pero poco a poco van
cayendo uno por uno. Los productores agropecuarios, la carne, el trigo,
el vidrio, los combustibles, los "privatizados", todos. Ninguno va a
salvarse de esto.
Ellos creen que sí. Los industriales de la UIA creen que sí. Seguramente
se llevarán la plata afuera siguiendo el ejemplo del ex presidente o de
De Mendiguren. También. Es decir que venderán sus partes en las
empresas para no reinvertir el producido jamás en el país. Pero las
revenderán al precio que puede pagarse hoy en la Argentina por una empresa.
La petrolera Repsol o la aguatera Suez. El Correo Argentino o Edenor. El
Estado se hará cargo de "recuperar" las empresas con el dinero de todos.
Está a la vista el problema de los combustibles, de la electricidad, del
agua. Esta gente pretende resolver las cosas con gasoductos
bolivarianos, con apelaciones rimbombantes al indigenismo de Evo
Morales, con empresas estatales que no son ni un sello de goma. Con
insólitos intentos de reiniciar las obras de construcción de Atucha 2
que todo el mundo menciona como obsoleta. Con centrales térmicas para
las que no habrá combustible que las haga funcionar. Y con cambios de
hora /y lamparitas de bajo consumo./
Alberto Fernández, como se sabe, tiene como función esencial criticar la
gestión de Macri en la Capital. Ya tenía desde hace rato la función de
intentar que el "progresista" Filmus le ganara las elecciones, como
sabemos. Entonces este ministro ha salido a decir que es insólito que
Macri de buenas a primeras haya subido el ABL como lo hizo. Que es
inadmisible, intolerable y la mar en coche. Pero el Sr. Alberto
Fernández considera correcto que un funcionario prohíba vender un
producto porque de la noche a la mañana violando todas las leyes, los
contratos y la mismísima Constitución (él, que tiene su origen en el
partido Nacionalista Constitucional, según hemos leído). No vamos a
decir que la suba de un saque en el ABL es algo correcto, porque
consideramos que no lo es. Pero...¿este señor nos viene a hablar de
medidas drásticas que perjudican a la gente?. "Me está cachando" diría
el personaje de Francella. Nos está cachando.
¿Se acuerdan de la denuncia por las boletas truchas de Telerman y
Tinelli?. Esa denuncia la hizo Fernández en el Congreso. Y Tinelli salió
con los tapones de punta a compararlo con la dictadura para luego
desdecirse y arrimarse al "amigo". ¿No es esto un absurdo?. Claro, se
dirá que una cosa no tiene que ver con la otra. ¿No es absurdo que
alguien salga a acusar a otro de aumentar los impuestos cuando participa
de gobiernos que violan el derecho de los particulares de disponer de
sus bienes? ¿No es absurdo que Fernández hubiera salido a defender a la
Picoloti, por ejemplo, apenas unos meses después de haber acusado a
Telerman?
¿No es absurdo que hubiera tomado las palabras del expresidente para
señalar que el caso Skanska es "entre privados" al tiempo que estuvo de
acuerdo con que fueran separados sendos funcionarios públicos por ese
affaire?
Macri, lo mismo que "el zurdito de mierda" ganaron elecciones
limpiamente y sin contar con el "aparato". Ellos fueron votados por la
gente. Y esa gente fue "calificada" en la Capital de "no pensante" por
el líder del absurdo Daniel Filmus. Y también de "fascistoide" por el
hoy diputado conductor de programas de televisión Claudio Morgado.
Estos tipos para poner etiquetas son mandados a hacer. La de "zurdito de
mierda" la verdad es que nos descolocó un poco. Creíamos que la
izquierda es "progre", pero venimos a enterarnos que a veces no lo es. A
veces es insignificante y putrefacta.
Habrá que preguntarle entonces a estos funcionarios dónde está la verdad.
Como a esas madres a las que "*le* llora el nene", a Moreno "*le*
aumentan los precios". Después nos preguntamos por qué el mundo no
confía en nosotros. El absurdo tiene nombre y apellido.
Héctor Trillo

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