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viernes, 7 de septiembre de 2007

EL ADIÓS A DON ALDO CAMMAROTA (28-2-02)

Este artículo fue escrito el día de la muerte de don Aldo Cammarota, el 28 de febrero de 2002. Pude rescatarlo de una publicación que lo levantara en su momento. Y lo transcribo aquí porque quiero compartirlo y conservarlo.
Héctor Trillo

La muerte de Aldo Cammarota se produjo en Los Ángeles, EEUU, hacia donde había partido para no volver jamás a su patria en 1974, acosado por la recalcitrancia y las amenazas del fascismo criollo. Don Aldo no era guerrillero, ni subversivo, ni "de izquierda", no, nada de eso. Era humorista y libretista de radio y televisión. Junto a Délfor fue el creador de "La Revista Dislocada" en los años 50, en radio Belgrano, si mal no recuerdo. Después armó "Telecómicos" para la televisión.



Él fue el inventor del término "gorila" para llamar a los antiperonistas de entonces. También a él se deben frases famosas como "Argentina año verde", o "no se vayan que ahora viene lo mejor". Pocos saben que durante varios años fue el autor de los libretos del gran Tato Bores luego de la trágica desaparición de Jordán de la Cazuela en un accidente de aviación en París.



Don Aldo era "de derecha". Supo ser integrante de aquel partido creado por Alsogaray para las elecciones de 1973 llamado "Nueva Fuerza". Razón más que suficiente para que nadie se acuerde del exilio que debió soportar desde que abandonó el país en el 74, perseguido por sus chistes y las ridiculizaciones a políticos en su programa de TV.



Cuando hoy se mencionan y se transcriben los famosos monólogos de Tato, se omite decir quiénes fueron los autores de tales monólogos, es decir quiénes eran los que ponían en boca de Tato aquellas humoradas tan actuales hoy mismo. Jordán de la Cazuela, César Bruto, Aldo Cammarota y Juan Carlos Mesa fueron sus libretistas, antes de serlo sus propios hijos.



Tato Bores se burlaba de políticos y de militares, de la izquierda y de la derecha, del primer mundo y del tercer mundo, sin excepción y sin parcialidades. Él también sufrió prohibiciones, pero lo suyo era el talento artístico para decir las cosas y hace reír, no la autoría. La genialidad de Tato estribó siempre en hacer reír a todos, aún a aquellos que se sentían "tocados" ideológicamente por las bromas. Él también sufrió lo suyo, desde ya.



Pero Don Aldo debió marchar al exilio del que jamás retornó, ni de visita que yo sepa. Desde allá, sin embargo, vivía la realidad y la actualidad argentinas de un modo absoluto, casi como si jamás se hubiera ido.



Por todo eso, le rindo hoy este pequeño homenaje y este recordatorio. Un autor y creador excepcional, que para la recalcitrancia fascista era un burlón como lo fuera Landrú y tantos otros, y para la otra recalcitrancia, la "progre", no era de izquierda sino todo lo contrario.



Tenía el tupé de adherir al ideario liberal, ¡vade retro!. Nunca jamás oí ni leí en la infinidad de programas, libros, revistas, películas y hasta obras teatrales referidas a los exiliados del fascismo vernáculo, ni una sola línea referida a Aldo Cammarota. Pero él también era un exiliado.



Si como dicen hay un más allá, en alguna parte estarás contemplando a tu querida Argentina que tanto se rió con vos pero que nada hizo para que volvieses. Esta Argentina generosa que sin embargo jamás se acordó de tu exilio, de tu desarraigo, de tu angustia. Que no se acordó de nombrarte al recordar al gran Tato, o al repetir por televisión sus viejos "monólogos". Que no se acordó de vos para reclamar justicia.



Yo te recuerdo Aldo, yo tengo presentes aquellos mediodías dominicales de la radiofonía de los 50, cuando "la gran creación cómica de Delfor" era la audición obligada. Y yo te rescato como la persona noble que supiste ser, al menos para quienes te vimos desde una pantalla de televisión. Jamás mezclaste tu ideología con tus libretos, como hacían los grandes, los que ya no están, lamentablemente.



Tu grandeza te llevaba a burlarte de tus afectos ideológicos más que de nadie. Y yo te valoro eso, querido Aldo.



Leía hoy en La Nación una carta escrita por Cammarota a un amigo hace pocos días. En ella le dice:



"me indigna que todos llamen modelo neoliberal a un sistema económico que nunca fue liberal, ya que, por ejemplo, disponer por decreto que un peso tenía igual valor que el dólar es una medida propia de China, de la Unión Soviética o de Cuba ...",



"quienes aúllan contra las privatizaciones soslayan que el Estado estaba en quiebra, que sus empresas no funcionaban, que los teléfonos ... eran objetos decorativos y aun así solo se conseguían con acomodo o esperando veinte años. Olvidan también que las privatizaciones las hizo un gobierno peronista y era como esperar peras del olmo, y se hicieron no porque sus propulsores estuvieran convencidos de las ventajas de la libertad económica, sino porque les daban la posibilidad de anotarse para percibir suculentas comisiones de los compradores ...".



"Aterra ver el desparpajo con que se vulnera la propiedad privada, los ahorros, los sueldos, las jubilaciones, el comercio y todas las actividades lícitas de la población con medidas arbitrarias e inoperantes, dignas más de la mafia que una nación en serio. Enfurece que se incite al odio, a la lucha de clases, la xenofobia y la violencia, y se explote la buena fe de quienes, a pesar de lo que están sufriendo, quieren volver a creer ..."



¿Tendrán algo que decir los conchabados y los "humoristas" de hoy día sobre este hombre?, ¿se les caerá la cara de vergüenza alguna vez?, ¿dará el resentimiento paso a un atisbo de inteligencia para reconocer lo obvio, lo valeroso, lo digno, más allá de lo que piensa cada uno?.



No lo creo, desgraciadamente. Pero Don Aldo Cammarota dejó dicho lo suyo, y resulta casi imposible contradecirlo, ¿no?



Héctor Trillo (28/2/02)

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