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sábado, 15 de octubre de 2011

ALABAMA Y UNA LEGISLACIÓN FASCISTA Y XENÓFOBA 8/10/11

Contrariamente a lo que suele afirmarse, los problemas de xenofobia en los EEUU no arrancan por la visión de los republicanos sino más bien, y en general de los llamados "wasp", es decir, las personas de raza blanca, de origen anglosajon y de religión protestante. La idea de transportar desde Europa a un pueblo determinado excluyendo a los demás estuvo en los orígenes de la colonización americana. Y cuando decimos americana decimos americana, no norteamericana, como suele confundirse habitualmente.
Posteriormente, las ideas conocidas como "progresistas" (en EEUU "liberales") agregaron el condimento de la necesidad de preservar las fuentes de trabajo para los locales, desechando a los extranjeros y especialmente a los extranjeros ingresados ilegalmente. Esta clase de situaciones se da de sobra en la vieja Europa, y también acá en América. En la Argentina ni hablar, basta ver la xenofobia antiboliviana, por ejemplo, que carcome a tanta gente como puede verse todos los días en cualquier reportaje o encuesta radial o televisiva. Pero no es solo contra Bolivia la cosa. También le toca a Perú, a Paraguay, a Chile, a los países del Caribe y hasta a México.
En EEUU hace ya muchos años se han puesto todo tipo de trabas, barreras y muros para que los inmigrantes ilegales del sur no traspongan la frontera del Rio Grande. "Espaldas mojadas" (como se les llama en inglés vulgarmente a esos inmigrantes) "go home".
Muros y barreras no hacen otra cosa que generar más y más xenofobia y patean la pelota hacia adelante, como se dice coloquialmente. El problema de la inmigración es bastante generalizado en el mundo entero, con excepción hecha de las dictaduras, especialmente de las comunistas, donde la gente en lugar de querer entrar quiere salir y también tiene trabas para eso.
Todo este introito viene a cuento por una ley que acaba de aprobarse en el Estado de Alabama, en los EEUU. La ley en cuestión apunta a "liberar puestos de trabajo que ahora están ocupados por extranjeros que residen de forma ilegal", por ejemplo.
La mentalidad fascista y xenófoba olvida patéticamente entre otras cosas que para bailar un tango hacen falta dos. Si bien no creemos que en Alabama la gente ande bailando tangos por ahí, lo cierto es que la metáfora es perfectamente válida. Quienes trabajan en forma "ilegal" lo hacen porque residentes "legales" los incorporan a las tareas, le ofrecen trabajo y le pagan un sueldo. Así de sencillo.
Pero el problema es otro. La vieja sátira del plumero, que lo único que hace es cambiar la tierra de lugar cuando se lo utiliza.
Los residentes ilegales, tanto en EEUU como en cualquier otro país del mundo donde los haya, incluída la Argentina, siembran raíces en su patria de adopción, tienen hijos que van a a la escuela y organizan entonces su nueva vida más allá de papeles y permisos.
El sentido macartista de la ley que comentamos llega al extremo de exigir que se identifique a los alumnos que sean hijos de residentes "sin documentos" (sin documentos norteamericanos, claro está)
El grado de barbarie es tan elocuente que conmueve al más duro de los duros. El presidente Obama, cuyo padre como todos sabemos fue también un inmigrante keniata, no se hizo esperar. Así, el gobierno central pidió al Tribunal de Apelaciones que se bloquee la entrada en vigor de la nefasta ley.
Pero la ley existe, fue votada por mayoría, fue aprobada, fue cuestionada y ratificada finalmente por la justicia del Estado de Alabama.
Más allá de todo, hay que decir que la inmigración ilegal es considerada en EEUU una infracción y no un delito. Pero por supuesto conlleva efectos como el de la deportación sin más trámite.
Un congresista de apellido Pearce dijo algo así como que la ley era una buena herramienta para "poner orden en la sociedad y en la economía". Increíble.
Hay que decirle a ese congresista que el orden no se impone persiguiendo a los inmigrantes, porque con eso lo que se logra es degradarlos a una condición casi infrahumana. La propia necesidad de supervivencia lleva a que tales personas se sometan a tratos inhumanos con tal de poder ocultarse, entre tantas otras humillaciones, lo cual de "orden en la sociedad" no parece tener absolutamente nada.
El gobernador Bentley, de origen republicano, manifestó sentirse "orgulloso" por la sanción de semejante adefesio.
Así como acá en la Argentina, las voces fascistas y xenófobas apuntan especialmente contra el hermano pueblo boliviano; estos fascistas del Norte la van contra los llamados "latinos", entendiendo por tales a todos los habitantes provenientes del sur del río Grande, sean blancos, rubios, negros, azules o a cuadritos...especialmente si hablan español.
Es bueno recordar que hasta no hace tantos años la mayoría de los estados del Sur de la Unión Americana tenían como lengua oficial tanto el castellano como el inglés. Y que a partir de una política racista y xenófoba se atacó no solamente a los negros sino también a los llamados latinos, una especie de "purificación" que por supuesto difiere de la "solución" hitleriana en la alemania nazi, pero no demasiado.
La idea general de excluir al extranjero en lugar de integrarlo a la comunidad no puede resultar en otra cosa que en odios y en violencia discriminatoria. Es algo tan viejo como la propia humanidad. La ilegalidad en la inmigración no se resuelve persiguiendo y discriminando al extranjero y a sus hijos, sino en todo caso evitándola en la frontera.
El punto es si debe evitársela a cualquier precio. Con ridículos murallones, alambres de puas y perros adiestrados, al mejor estilo de la barbarie estalinista pero al revés.
Nadie evitará en este mundo que la gente pretenda elegir el mejor lugar para vivir, sólo lo postergará. Y lo hará parcialmente y con graves daños.
Así como EEUU llegó a cumplir el sueño de Martin Luther King y tuvo un presidente negro apenas medio siglo después del asesinato del lider indiscutido de la lucha contra el racismo. Así también es posible que más temprano que tarde un presidente de origen "latino" se yerga en la gran nación del Norte.
Y los retrógrados cuasi representantes del nefasto Ku Klux Klan deberán tragar la cicuta de su propia limitación intelectual: la de considerar que para ser buen ciudadano es requisito previo ser ciudadano o residente legal.
Más allá de las burdas explicaciones basadas en la xenofobia y el racismo mal disimulado, la cuestión tiene que ver con la situación económica. Lo mismo que ocurre en Europa. Pero obsérvese cómo poco a poco el sistema de Estado Benefactor se derrumba en el viejo continente, y la caída de la unión europea se torna inexorable a menos que verdaderamente sus gobernantes se pongan las pilas y ataquen las verdaderas causas de la decadencia, que no son los inmigrantes. No es expulsando inmigrantes como se resuelve nada. Así como no es prohibiendo el uso de lo que sea desaparece la necesidad.
Es demasiado simple para cualquier persona medianamente informada. No lo es para quienes compulsivamente se sienten atraidos por la barbarie racista.
Héctor Trillo

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