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martes, 24 de marzo de 2015
UN MINISTRO CONTRA EL MUNDO (9/3/15)
El Ágora
UN MINISTRO CONTRA EL MUNDO
Días pasados tuve la oportunidad de escuchar gran parte de un reportaje concedido por el ministro Kicillof al periodista Jorge Rial, en radio La Red. Lo enganché de casualidad, haciendo zapping en la radio del auto, y la verdad es que me sorprendió un poco oírlo allí, dado que Rial es un periodista de espectáculos, como todos sabemos. Es decir, no es un periodista especializado en economía o política.
En la primera parte que pude escuchar, el ministro estaba dedicando largos párrafos a explicar las "operaciones de prensa" de los medios "opositores". Lo hacía con lujo de detalles, pero no expresando nada nuevo respecto de los argumentos habituales para estos asuntos. Desde el uso del verbo potencial hasta la no identificación de las fuentes, pasando, claro está, por la intencionalidad política dirigida a esmerilar al gobierno y su "modelo".
Kicillof se mostraba entusiasmadísimo, a tal punto que casi no dejaba repreguntar al periodista.
A continuación, y con el mismo énfasis, el ministro derivó su explicación a las llamadas "consultoras" elaboradoras de índices de precios que difieren del cálculo oficial del INDEC. En este caso se explayó sobre la falta de rigurosidad profesional de tales índices, a los que reiteradamente calificó de "truchos", para luego asignar a tales consultoras la calidad de "opositoras", inclusive solapadas, dado que mientras por un lado aparecen como profesionales, por el otro sus directivos terminan poniéndose la camiseta de algún grupo opositor al gobierno.
Aprovechó para hacer una referencia a los yerros de tales consultoras, a sus estimaciones del año pasado, que juzgó disparatadas dado que "no se cumplieron" en absoluto. Avanzó sobre los pronósticos del "dólar a 30 pesos" o de las reservas en torno de los 10.000 millones de dólares a fines de 2014, que supuestamente muchas habían pronosticado. No dejó en su entusiasmo de referirse a los llamados "buitres", a los que por supuesto descalificó de todas las formas imaginables, sin dejar de agregar, como otras veces, que también existen "buitres" locales o cómplices. Sobre las reservas del Banco Central, habló de su recomposición contra todos los pronósticos sin hacer ninguna referencia sobre la manera en que tal aparente recomposición tuvo lugar.
No faltaron referencias al valor de los bonos argentinos, que llegaron a estar sobre la par, y que el ministro atribuyó al éxito de su gestión y no, como se argumenta en los mercados, el resultado de las expectativas ante un cambio de rumbo con el nuevo gobierno que asumirá en diciembre.
El periodista intentaba vanamente interrumpirlo para preguntar. Y cuando por casualidad lograba meter alguna pregunta, ésta sólo servía para que el funcionario derivara de manera obsesiva y recurrente a los mismos temas: las "consultoras", los medios opositores, los llamados "buitres" y los "poderosos" que intentan derribar el "modelo".
Claro, yo personalmente esperaba que el ministro explicara cómo pensaba resolver el tema de los llamados "buitres", o cómo piensa encarar la devaluación del real en Brasil. También cómo pensaba resolver el cepo y el atraso cambiario. O cómo pensaba enfrentar la situación de quebranto en la que se encuentra el Banco Central. O también por ejemplo como encararía la baja del precio de las commodities, la caída del mercado inmobiliario, o el mercado automotor, la tasa de inflación y el deterioro de las economías regionales.
En fin, esperaba que nos hablara de economía y de los problemas que arrastra la economía. Pero no, al menos en todo el tramo que pude escuchar, todo lo que hizo el ministro fue, básicamente, rezongar contra opositores, denunciar operaciones de prensa, criticar a los llamados buitres de dentro y de fuera y cosas por el estilo.
Bajé de mi auto antes de que terminara el reportaje, de manera que no sé cómo concluyó.
Pero mientras caminaba hacia mi destino, trataba yo de dilucidar las razones por las cuales el ministro no concede reportajes a periodistas versados en temas económicos y políticos. Incluso, lucubraba si no sería bueno conceder un reportaje a algún periodista versado en economía y claramente contrario al punto de vista oficial, para de ese modo aclarar las cosas que verdaderamente interesan y que como digo tienen vinculación directa con lo que puede ocurrir en los temas de su incumbencia.
También me preguntaba cuál era el objetivo de su discurso. Porque que existan medios opositores, consultoras, “buitres” y demás yerbas ya lo sabemos, son datos de la realidad y en definitiva el mundo debe convivir con lo que hay. Porque la verdad es que lo que uno espera es que el funcionario explique cómo piensa encarar los problemas que rápidamente enumeré más arriba. Sé que los medios son la obsesión de la presidenta, y que en definitiva el ministro actúa como una suerte de alter ego que repite lo que seguramente Cristina Fernández quiere escuchar. ¿Pero qué es lo que pretende? Por un lado acá existen muchísimos medios que son oficialistas, tanto del Estado como sostenidos por la publicidad pública, que naturalmente no comulgan con lo que dicen los medios opositores. ¿Tales medios oficialistas no llevan adelante "campañas de prensa"? ¿son objetivos e impolutos que intentan clarificar lo que los medios opositores tergiversan, según el ministro?
Confieso que no termino de entender. En el mundo entero existen medios opositores, operaciones de prensa, intereses sectoriales, presiones políticas y económicas y todos los etcéteras que los amables lectores quieran. ¿Qué pretende nuestro benemérito funcionario? ¿Que el mundo deje de ser como es para que su "modelo" pueda transitar por la vida sin dificultades? ¿Acaso pretende acabar con la libertad de expresión y especialmente con las “consultoras”? ¿Cómo piensa resolver los problemas que señalo?
Veamos por un momento el asunto de las reservas. Se deben más de 5.000 millones de dólares a importadores a los que no se les ha pagado y ese monto suma en las reservas. Se contabilizan como reservas los 1.300 millones de dólares que se depositaron para pagar a los bonistas que entraron en el default y que fueron retenidos por orden del juez Griesa. Se suman 3.100 millones de dólares provenientes del "swap" con China y unos 700 millones de otro "swap" con Francia. Se contabilizan adelantos de liquidaciones de importaciones por un acuerdo con las cerealeras que suman unos 3.000 millones de dólares. Es decir que las mentadas reservas están considerablemente infladas, para decirlo cortito y al pie. Se observan enormes dificultades para que el Banco Central entregue los dólares de DJAIs aprobadas para importar insumos y productos tan disímiles como respuestos de computadoras, línea blanca, medicamentos y hasta tampones. Y ni qué hablar de las dificultades para aprobar las DJAIs.
Las reservas no son lo que el ministro dice que son, ésta es la verdad de la milanesa. Y precisamente la necesidad de conseguir reservas ha contribuido a firmar los acuerdos con China, que nos obligan a adquirir tecnología de ese al precio que fije el Estado Chino. Sin licitación internacional y sin la necesaria comparación para elegir la tecnología que más convenga al país.
Claro, Kicillof no dice nada de todo esto, sólo se limita a insistir con eso de que las "consultoras" pifiaron sus pronósticos cuando señalaron que hacia fin de 2014 las reservas estarían en torno de los 10.000 millones de dólares (confieso que no había leído semejante pronóstico, sí que las reservas caerían mucho)
Ahora bien, si se tomaron todas estas medidas para recomponer las reservas, aunque sea de la manera non sancta en que se hizo; y si de tal manera se sumaron varios miles de millones de dólares del modo en que se los ha sumado y que brevemente he descripto ¿estaba tan errada la estimación de las consultoras?. Porque claramente si no se hubiera recurrido a artilugios como los citados las reservas habrían caído ostensiblemente y el precio del dólar se habría disparado.
Veamos un poco el tipo de cambio, porque el ministro también atacó por ese lado, diciendo que los pronósticos eran que iba a llegar a 30 pesos. ¿Está frenado o no lo está mediante el recurso del llamado "dólar ahorro", que alimenta el mercado “blue”, y que dicho sea de paso ha costado ya más de 4.000 millones de dólares desde que se instaló semejante política? ¿Las trabas impuestas a operaciones como las llamadas de "contado con liqui" y las persecuciones a determinados operadores han afectado o no la libre cotización del denominado dólar “blue"?
¿Está o no está atrasado el tipo de cambio luego de un año largo en el cual apenas de devaluó un 18%? El endeudamiento del Banco Central en Lebacs se acerca a los 40.000 millones de dólares, con tasas de interés cercanas al 25%, que en la medida en que el dólar se mantenga más o menos planchado significan rendimientos espeluznantes en dólares? ¿Este es el costo que paga el Estado para frenar transitoriamente la tasa de inflación retirando de circulación la inmensa cantidad de pesos emitidos para cubrir el déficit fiscal?
Acá ha habido un cambio de rumbo a partir de la salida obligada de Juan Carlos Fábrega del Banco Central. Y se han tomado las medidas que brevemente describo para frenar la tasa de inflación y la suba del dólar. Así como se han recompuesto las reservas de manera claramente ficticia.
Siempre es difícil hacer pronósticos en materia económica porque se trata de una ciencia social y no es matemática. Porque en definitiva todo depende de lo que se haga para ver qué resultados pueden obtenerse. Para citar un ejemplo obvio, todos los pronósticos que pudieran haber existido en el mundo el 10 de setiembre de 2001, se derrumbaron al día siguiente junto con las Torres Gemelas. Por lo tanto hablar de yerro de los pronósticos encierra el sofisma se creer que todo el resto de las variables que pueden tocarse está quieto y lo estará. Al menos los buenos pronosticadores siempre aclaran, por ejemplo, que “de seguir así” ocurrirá esto o aquello. Es bien simple.
Pero esto no quita que uno pueda observar la realidad e imaginarse lo que puede pasar si no se toman ciertas medidas, y esto con independencia de si tales medidas son las correctas o no.
Las preguntas quedan en pie porque no han tenido respuesta. Qué pasará con los “buitres”, con el cepo, con el tipo de cambio, con las reservas, con Brasil, con las economías regionales, con los autos, con los inmuebles. Qué pasará con el déficit público, con la emisión sin respaldo de moneda, con las Lebacs, con los bonos intransferibles que el Tesoro entrega al Banco Central cada vez que le saca reservas.
El ministro se muestra claramente contra el mundo. Un mundo hostil y malvado integrado por seres tan humanos como él, como quienes integran el gobierno al que pertenece, como el que también conforman los medios de difusión, la política, la actividad empresaria o lo que fuere.
Precisamente la función de su ministerio (y de un gobierno todo en su conjunto) no es la de quejarse de lo malos que son quienes se le oponen o de lo perversos que son los “buitres”, sino resolver los problemas. Porque pretender que no haya nada de lo malo que hay en este mundo, es bastante infantil y muy poco racional. Y en mi modo de ver claramente entra en la categoría de una simple excusa.
HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 9 de marzo de 2015
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