Translate

sábado, 14 de octubre de 2006

UN ENJAMBRE DE NIMIEDADES

Las cuestiones importantes a juicio de cada uno de nosotros, constituyen nimiedades si las tomamos en términos atemporales. Pequeños granos de arena como todo lo que ocurre en nuestro derredor, y si nos alejamos para tener una vista panorámica, inclusive nuestra galaxia entera, compuesta de millones de estrellas, es en sí misma una gota en el universo.
Dónde está entonces aquello que vuelve importante lo que nosotros tomamos como tal. En nuestra naturaleza.
Es la naturaleza de nuestro propio ser lo que genera la necesidad y la calidad de cada cosa que nos incumbe o nos rodea.
Nuestra vida es efímera, nuestro tiempo es efímero. Nuestro planeta gira todos los días siendo en sí mismo un pequeño objeto en el universo sujeto a vaya uno a saber qué destino en caso de producirse un "accidente" cósmico. Y sin embargo nosotros nos desvivimos por el día a día. Por la educación de nuestros hijos, por nuestras ideas, por nuestro trabajo, por nuestro estudio y nuestra superación cotidianos.
Todo ello es, en sí, un verdadero enjambre de nimiedades a poco que alejamos la lente de la cámara. Pero no lo es si nos acercamos. La laboriosa hormiga que lleva su hojita no puede ser desviada de su camino por más que se lo intente. Cualquier animal cuida de sus crías y las instruye para la supervivencia. Y eso es muy importante para él. Diríase que es casi lo único importante. Y nosotros lo vemos construir su nido, acercar comida a sus hijos, enseñarlos a nadar o a correr o a cazar...o a escapar.
Pero, ¿qué otra cosa es el universo entero sino una infinita suma de pequeñísimas partículas? La naturaleza convierte todo ello en un sinfín de cuestiones importantes. Los planetas se ensamblan entre sí, las estrellas constituyen el andamiaje que la ley de gravedad conserva en equilibrio.
No sabemos qué ocurre más allá. Cuando los poderosos telescopios de hoy observan un punto distante 13 o 14.000 millones de años luz, están observando un pasado lejanísimo. ¿Qué hay hoy allí? No lo sabemos, claro está. Ni lo sabremos nunca. Al menos no nosotros. Pero lo que quiera que hubiere, no deja de ser una forma de equilibrio. O un pasaje de un equilibrio a otro.
14 de ocubre de 2006

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Seguidores