LA REFORMA JUBILATORIA, ORIGEN Y CONSECUENCIAS.
Antes de que lean todo lo que voy a decir, tengo que advertirles que con toda seguridad no les resultarà simpático, aunque tal vez al final no estén tan disgustados con mi opinión.
Empecemos por decir que todos sabemos que los haberes jubilatorios son una miseria, excepto para algunos privilegiados. 6 millones son los mayores que reciben la mìnima. Ellos reciben "bonos" extra que de por sí son una confesión de parte que hace el gobierno. En el sentido de que sabe que la fórmula vigente no alcanza.
Digamos también que al menos de lo que he oído y leído, el planteo de cambio de fórmula y la votación en diputados que lo aprobó, no menciona en ningún momento el extra que representan los "bonos". No es un dato menor, porque si se suprimen estos últimos y se aplica la nueva fórmula votada, no parece a simple vista que los montos finales serán mejores que los actuales. Hablo especialmente de quienes perciben la mínima y por lo tanto el "bono" completo.
Muy bien. Agreguemos a esto las sucesivas moratorias que desde el año 2004 vienen legislándose para que quienes no han cumplido los 30 años de aporte puedan jubilarse. Aclaremos aquí que, en términos generales, no es lo mismo quienes no aportaron nada (minoría absoluta) que los que aportaron 10, 15, 20 o 25 años, si no más.
Las moratorias aceleraron los tiempos y muchas personas mayores pudieron jubilarse descontando de su haber jubilatorio la cuota del plan de pagos respectivo.
Lo cierto es que el universo de personas jubiladas aumentò notablemente durante casi 20 años, sin que nadie previera seriamente cómo habría de financiarse, excepto, tal vez, quedarse con los fondos de las AFJP, expropiadas por una ley claramente violatoria del derecho de propiedad.
A su vez, durante muchos años aumentaros los "planes" de ayuda, se dispuso la asignación universal por hijo, y se aprobaron centenares de miles de jubilaciones por invalidez, cosa que ha sido cuestionada por muchos profesionales pero que no ha sido corregida en absoluto, que yo sepa)
Nunca ante la aprobación de planes, jubilaciones anticipadas y otro tipo beneficios, recuerdo yo que se hubiera discutido cómo deberían financiarse los nuevos beneficios.
El actual gobierno hizo sus cuentas y puso un freno, lo cual es por demás doloroso. Por ese freno, quedó colgada parte de la actualización que hubiera correspondido y que es la que ha provocado la reforma propuesta y aprobada por gran mayoría de la cámara de diputados. E iinsisto que no oí que se hubiera tomado en cuenta el "bono" de 70.000 pesos que viene otorgando el gobierno todos los meses por decreto.
Asì llegamos a un proyecto de ley aprobado que representa según los números difundidos algo así como 2.200 millones de dólares que no se sabe de dónde habran de salir Medio punto del PBI, aproximadamente.
¿De dónde saldría ese dinero en caso de convertirse en ley el proyecto?
Porque la financiación no está prevista.
De manera que seguimos con la vieja práctica de legislar beneficios sin disponer de dónde han de salir los recursos. Acostumbrados como estamos a que "rentas generales" se encarguen de poner el dinero. Y si no hay dinero, que se emitan billetes y a otra cosa.
Esta costumbre es insana y viene repitiéndose una y otra vez, año tras año. Y es una de las razones por las cuales nunca terminamos con el problema de la inflación.
Ahora bien, el presidente creo yo que se apresura al decir que va a vetar el proyecto, porque lo que en mi modesto modo de ver debería hacer es preguntarle a los legisladores justamente cómo postulan que habrá de financiarse. Porque si hay financiación vetar una ley de este tipo es una absurdo.
Quisiera por favor que se me entendiera. Sé que estoy hablando de frios números, como suele decirse. Sé que podrían obtenerse recursos de otros lados, pero esto debe ser dicho, explicado, puesto sobre la mesa. De lo contrario es un acto irresponsable y demagógico.
Suele decirse que lo que dicen los profesionales de la economía puede ser correcto, pero es inversamente proporcional a la popularidad de los políticos. Estos últimos buscan votos, y si se oponen a estas cosas, baja su popularidad. Por eso digo que en lugar de ofuscarse y amenazar con el veto, el presidente debería explicar claramente y con números cuál es el problema.
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