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sábado, 27 de octubre de 2012

DE FRAGATAS Y FONDOS BUITRE 16/10/12


Segunda opinión
 ACTUALIDAD ECONÓMICA: DE FRAGATAS Y FONDOS BUITRE


Leemos en Infobae: Durante la Asamblea Anual del FMI y Banco Mundial, celebrada en Tokio, la Argentina presentó una declaración final que marca la posición del país en el conflicto por la Fragata Libertad, retenida en Ghana.
De esa declaración, extraemos el siguiente párrafo al que intentaremos desmenuzar:  "La Argentina está afrontando un extraordinario, y a veces ridículo desafío, lidiando con los acreedores denominados fondos buitre, que buscan tratamiento privilegiado a través de los litigios que presentan baches legales, aún cuando adquirieron deuda soberana a centavos de dólar”.
La declaración a la que nos referimos abarca diversas cuestiones, pero en lo que se refiere a los llamados fondos buitre, formula un pedido expreso de que “se instrumenten medidas que permitan dar por tierra con este tipo de amenazas de los  fondos buitre”.
Como se sabe, la fragata Libertad ha sido embargada y está retenida en un puerto de Ghana. Ello como consecuencia de las acciones llevadas adelante por uno de esos fondos, que posee títulos de la deuda argentina en default.
No somos especialistas en derecho internacional como para poder inmiscuirnos en las cuestiones jurídicas que determinaron la medida de la Justicia de ese país africano. Y obviamente tampoco conocemos los considerandos del fallo ni mucho menos los detalles de emisión de los títulos impagos. Lo que sí sabemos es que cuando  alguien se endeuda, si no paga puede tener problemas, ya que los acreedores harán lo posible por cobrar lo que se les debe.
Los fondos buitre han sido compradores de bonos defaulteados con el objetivo preciso de llevar adelante acciones para intentar cobrar sin quita, o con la menor quita posible, la deuda emitida en este caso por la Argentina. En el párrafo que transcribimos puede verse que se argumenta insólitamente que tales bonos fueron adquiridos por “centavos de dólar” como si ese hecho por sí mismo fuera un motivo de peso para negar el reclamo de cobro. Digámoslo de otra manera: los fondos buitre han comprado bonos que nadie quería, lo hicieron por monedas, y ahora vienen a pedir el embargo de nuestra fragata Libertad y la justicia de Ghana se lo concede.
La verdad es que no sabemos a cuánto adquirieron esos bonos. Sí podemos colegir que se trata de valores ridículos, pero no sabemos si han sido “centavos” o tal vez unos pocos dólares. Lo que spodemos decir es que el hecho de colocar esa expresión (“centavos”) pretende resaltar el poco valor pagado, para dar una mayor idea de “injusticia”. Ello con independencia de que sea verdad o no.
Debemos recordar que la Nación Argentina decidió dejar de pagar la deuda de la mano del ex presidente Adolfo Rodríguez Saa, en medio de vítores y hurras de todos los representantes del Congreso Nacional, que verdaderamente ovacionaron el “pagadiós” como si se tratara de una medida saludable y positiva, y no de una verdadera calamidad, como es la de no respetar las obligaciones contraídas.
Otros países de la región, con problemas similares al nuestro, como el caso de Brasil o el mismo Uruguay, prefirieron refinanciar sus pasivos y no caer en una cesación de pagos que siempre habrá de traer dolorosas consecuencias.
Muchas veces el ex presidente Kirchner se refirió a la quita que se hizo de la deuda externa como un verdadero “logro” de su gestión, y no como una  afrenta a la credibilidad del país. Porque no honrar las obligaciones contraídas es un daño inconmensurable, aunque éste sea negado para consumo interno.
El arreglo con los acreedores que entraron al default se produjo en el año 2005 y hay que recordar que por ley se dispuso que luego de tal acuerdo el resto de los acreedores simplemente jamás iban a cobrar sus acreencias. A tal punto que el monto de esa deuda fue dejado de considerar como pasivo.   Posteriormente, y fieles a esa tradición argentina de violar las propias leyes, en el año 2010 se abrió la posibilidad de ingreso al canje de deuda de quienes en la primera oportunidad no habían aceptado la propuesta. Esa posibilidad estuvo vigente por un año, y luego volvió a cerrarse el camino. De tal modo, aproximadamente el 7%  del valor de las acreencias originales quedó sin aceptar el canje.  Si de acuerdo a las emisiones originales ese porcentaje representa unos 8.000 millones de dólares, con los intereses caídos durante todos los años transcurridos desde 2002 hasta ahora, muy probablemente la cifra alcance al doble de ese valor.
¿Qué tenía pensado hacer la Argentina con semejante deuda impaga? Nada.  Es decir, al igual que en 2005, cuando el monto de las acreencias que no habían aceptado el canje era mucho mayor, nuestro país resolvió que aquellos que no aceptaran la nueva propuesta, quedaban fuera de toda posibilidad de reclamar.
Obviamente que el hecho de que nuestro gobierno decida que las cosas son así, no significa que lo sean. Ello además de que el cambio de opinión respecto del “cerrojo” (así se llamó a la ley de cierre de posibilidades de canje del año 2005) constituye un claro cambio de opinión que nadie puede seriamente afirmar que no vaya a repetirse.
Pero más allá de todo esto está muy claro que los títulos impagos existen, están en poder de alguien y que ese alguien pretenda cobrarlos es algo absolutamente lógico. Y la verdad es que pretender dar soporte técnico  al rechazo de tal reclamo afirmando que “los compraron por centavos” es francamente ridículo.
La Argentina hace más de 10 años que no tiene acceso al mercado de crédito internacional, y todo el mundo habrá leído más de una vez noticias sobre presentaciones hechas en Nueva York ante el juez Griesa intentando embargar cuentas, giros y otras operaciones financieras por parte de los acreedores, buitres o no.
También existe el reclamo insistente de parte del llamado Club de París para cobrar una deuda del orden de los 7.000 millones de dólares que siguen impagos pese a que la señora presidenta afirmó públicamente que cancelaría esa obligación al contado hace de esto algunos años.
Se sabe que los movimientos financieros del país deben hacerse con sumo cuidado para evitar que los estudios de abogados que están al acecho terminen logrando lo que ahora lograron en Ghana: el embargo de bienes argentinos.
Incluso no faltan quienes opinan que una empresa como Aerolíneas Argentinas sigue perteneciendo formalmente al grupo español Marsans para evitar posibles embargos de las aeronaves. Es decir que la cuestión legal de esa compañía no se ha resuelto no por demoras burocráticas o legales, sino más bien para evitar consecuencias.
Sabemos que expresar esto no resulta “popular” en esta Argentina de la anomia. Pero es preciso que alguien lo diga. Porque la repetición de que los acreedores son buitres, son injustos, son perversos y cosas por el estilo se ha convertido en una muletilla que pretende tapar la realidad. La Argentina debe refinanciar, negociar y acordar con los acreedores, porque éstos tarde o temprano tendrán éxito en su reclamo. Y no importa que nos guste o no.
El ministro Lorenzino se ha referido al “vacío legal de la arquitectura financiera internacional” para intentar encontrar un camino que explique el no pago y hasta lo justifique.
¿Cuál sería el “vacío legal”? No lo sabemos.  Lo que sabemos es lo que está a la vista: la justicia de Ghana ha dispuesto un embargo de una  fragata insignia de la Armada argentina, basándose en títulos de deuda que con toda seguridad han sido analizados y estudiados por expertos para justificar las razones de semejante medida. La Argentina debe recurrir a la asistencia jurídica correspondiente para destrabar la situación, llegado el caso depositar la fianza que se reclama, y finalmente esperar el resultado del juicio, del  mismo modo que ha ocurrido y varias veces con el citado Juez Griesa, que ha retenido fondos en no pocas oportunidades y finalmente ha liberado.
Da la sensación de que nuestros funcionarios pretenden llevar al mundo entero el discurso al que recurren localmente, sin terminar de aceptar o entender que el mundo se maneja de otra manera. De hecho, salir a pedir que se cambien las reglas argumentando vacíos legales no parece ser un buen camino, teniendo en cuenta que nuestro país llevó adelante dos canjes de deuda en 5 años, con esas mismas reglas que ahora le parecen incompletas.



HÉCTOR BLAS TRILLO                                                      Buenos Aires,   16  de octubre de 2012

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