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sábado, 27 de octubre de 2012

EL CACEROLAZO Y MIAMI 14/9/12


El Ágora
EL CACEROLAZO Y MIAMI

“A las personas que se manifestaron "les preocupa más lo que pasa en Miami que lo que pasa en San Juan". Juan Manuel Abal Medina (Jefe de Gabinete)


Nos preguntábamos anoche, cuando ya el cacerolazo se había iniciado y llegaban las imágenes únicamente a través del canal de noticias TN, cuál sería la reacción del gobierno ante el tamaño que estaba tomando la protesta. Precisamente la pregunta tenía una razón de ser, por varias razones.
La primera de ellas fue, precisamente, la evidencia de que de todos los canales que llegan a nuestra casa vía Cablevisión, el único que mostraba lo que estaba ocurriendo es el mencionado (que como se sabe pertenece al  grupo Clarín).
Para los directores de los canales América,  26, Crónica, C5N y los canales de aire, incluyendo el canal oficial, seguían con una programación que suponemos estaba establecida con anterioridad. Para ellos no era noticia lo que estaba ocurriendo.
En un momento determinado, la presidenta de la Nación inició un discurso en una planta de la provincia de San Juan. Entonces los canales de noticias mencionados comenzaron a transmitirlo. Esto parecía más o menos razonable, porque se trata de la presidenta y su discurso reviste siempre interés informativo.
Pero, y ésta es una segunda razón de nuestra pregunta inicial, nos resultó curioso que la señora justamente comenzara a hablar en tales momentos. Inicialmente descartamos cualquier intencionalidad, pero luego, cuando la señora hizo una referencia a que no la iban a “poner nerviosa”, no pudimos menos que asociar esas palabras con lo que estaba ocurriendo en prácticamente todo el país.
Pasadas largamente las 20 hs, revisamos nuevamente la grilla y vimos que ya en algunos de los medios citados se transmitían algunas imágenes del evidentemente multitudinario cacerolazo.
Por lo que pudimos averiguar, mucha gente se enteraba de lo que estaba pasando de varias maneras: algunos por lo que decían las emisoras  de radio, otros porque en su barrio había también cacerolazos, y otros porque tenían las expectativa de lo que pudiera ocurrir con la convocatoria y encendían la tele para ver qué pasaba.
Así, lo que ocurrió es que el canal TN llegó tocar los 10 puntos de rating, algo totalmente superlativo para un canal de cable que, aún siendo el más visto, no pasa los 2 puntos. Y así, también llegó la hora de que los otros canales se vieran prácticamente en la obligación de decir algo. Hablamos especialmente, aunque no únicamente, de los canales de noticias. No tenemos en nuestro hogar TN 23 y por lo tanto no nos referimos a ese medio.
A nuestra nocturna inquietud, se sumó la forma en que ciertos medios gráficos y de otra índole trataron esta mañana el tema.
Es evidente que del  lado del gobierno hubo desconcierto. No hubo inicialmente una “bajada de línea” respecto de la defensa  a esgrimir. Los canales y los diarios oficialistas actuaron, al parecer, por sí mismos. Los primeros tratando de negar la existencia de la noticia, hasta que la realidad les pasó por arriba y tuvieron que mostrarla. Recortada, argumentada, opinada, lo que fuera, pero tuvieron que hacerlo. Diarios como Página 12, para citar uno, se ocuparon del asunto en, justamente, su página 12.
¿Éste es el periodismo que nos proponen los “intelectuales” y los políticos oficialistas? ¿Para esto toda la alharaca de la “ley de medios”? Pero bueno, volvamos al punto.
Como decíamos, nuestra inquietud estaba más bien referida a la respuesta oficial, y por eso también fue un poco nuestra búsqueda por el éter, si se nos permite la antigualla.
Finalmente, salió a hablar el benemérito Sr. Jefe de Gabinete, que con sus comentarios facciosos y clasistas dejó bien en claro de qué se trata. González había dado en el clavo. La defensa pasaría por argumentar que la protesta fue de la clase media y media alta que quiere viajar a Miami. Ponernos a detallar las objeciones de este argumento canallesco nos excede. Entendemos además que no vale la pena.
Sí es bueno recordar que argumentos similares se usaron cuando fue del problema de la 125. Y también, que éstos argumentos usaba Roberto Lavagna cuando se le decía que el dólar estaba demasiado alto y contestaba no con una explicación técnica, sino intentando descalificar a los interesados con el argumento de que pretendían “viajar a Miami”. Como si a la gente que viaja habitualmente o no esa ciudad de los EEUU, le fuera definitorio el valor del billete verde, y omitiendo decir que un dólar “recontraalto” encarece las importaciones de tecnología y nos deja poco a poco fuera del mundo, como efectivamente ocurrió durante años. Ahora el dólar está barato, y por eso el cepo.
La penosa reacción de un gobierno evidentemente desorientado, resulta cuando menos llamativa. El mismo error se cometió cuando la crisis del campo, donde se acusaba a los productores de oligarcas, golpistas, primates y otras lindezas. Al tiempo que el finado Néstor Kirchner nos hablaba de los “piquetes de la abundancia”, es decir, de los que si van a manifestarse “se visten” distinto.
La cuestión clasista y facciosa se torna evidente. El cacerolazo de anoche fue un cacerolazo que se dio en todo el país. Incluso en ciudades del conurbano tan diversas como Lomas de Zamora o Ramos Mejía. En varios puntos de la ciudad de Buenos Aires, como Acoyte y Rivadavia, se juntó gran cantidad de gente, y también en diversos barrios de la zona sur, como Parque de los Patricios.
Esto nos resulta penoso. Y no lo decimos con ironía ni para molestar a nadie. Porque no asumir la realidad conlleva siempre un mecanismo de negación que de ser tal, coloca a los opinantes en la condición de alienados o casi. Y si se trata de un “discurso” armado para contrarrestar los efectos, es decir, si se trata de un argumento para la tribuna, peor. Porque entonces estamos hablando de una mentira elaborada adrede.
Y no vamos a extendernos más. Estamos ante una realidad. La gente se cansó de los malos tratos, de la inseguridad, de los controles cambiarios, de los aprietes y de los discursos en cadena. Y encontró la oportunidad de manifestarse. Y eso es inútil negarlo. Es torpe pretender ocultarlo como pretendieron los medios citados. Es inútil darle una interpretación que ni de lejos se acerca a la verdad. Baste decir que no solamente hubo cacerolas en los barrios y ciudades de todo tipo y color, sino que además se veía a mucha gente mayor, evidentemente jubilada y cuya situación económica no hace falta ir a consultarla. Ciudades como Rosario, Córdoba y la propia Buenos Aires votaron por el oficialismo en octubre de 2011. Esto también hay que recordarlo.
Si la señora y su círculo íntimo tomaron nota de lo ocurrido o no, no lo sabemos. Sabemos que la bajada de línea fue hablar otra vez de algo parecido a los “piquetes de la abundacia”. Miles y miles de personas con pancartas que todos veíamos  en la televisión, y que mostraban una enorme cantidad de reclamos, son, para el ministro citado, gentes que tienen más interés en lo que pasa en Miami. Una burda mentira y una torpe descalificación de parte de un señor que por lo que sabemos no vive precisamente en un barrio pobre.
Nunca consideramos a este gobierno demasiado democrático, porque si lo fuera no mantendría ni pondría en funciones a personajes como Moreno o Kicillof, por citar a los más cuestionados.  Pero sí pensamos que acusaría el baldazo recibido. Todavía lo pensamos.
Abal Medina fue el que dijo en el Congreso Nacional  que había que “cortarla” con el asunto de que el INDEC está intervenido o que miente en sus índices. Su explicación a los reclamos y cuestionamientos de los legisladores fue esa. Su argumentación, ante una manifestación claramente masiva, es ahora que se trata de algo así como una tilinguería, propia de gente acomodada que no tiene otra cosa que hacer y que reacciona porque le aprietan el cinturón. Como si, por otra parte, la gente acomodada no tuviera derecho a protestar por nada, llegado el caso.
Insultar y seguir insultando o agraviando a la gente parece ser el único sino. No hay otro.
Las cacerolas se quedan en Buenos Aires, y los que tienen dinero pueden viajar a Miami igual.
Entre ellos muchos funcionarios y políticos. Entre ellos, por supuesto el ministro.
El oficialismo parece que no ha aprendido. No ha sabido capitalizar lo ocurrido con la 125. No termina de resolver el conflicto que tiene entre la pretensión de vivir bien y enriquecerse, en la mayoría de los casos de manera dudosa, al tiempo que critica justamente a “los ricos” y los usa como bandera de crítica, englobando junto a ellos a muchos miles que nada tienen que ver, ni con los políticos, ni con la riqueza, ni con el enriquecimiento acelerado que hemos visto en no pocos de ellos.




HÉCTOR BLAS TRILLO                                                      Buenos Aires,   14 de setiembre de 2012

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