Héctor Blas TRILLO

Segunda Opinión

TENER PRINCIPIOS

        “Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros” (Groucho Marx)

     Como un simple habitante de estas pampas tengo que decir que observo con preocupación cómo los políticos mutan y se transforman permanentemente según el lado del que sopla el viento.

     Algo pasa en esta sociedad, donde nadie parece dispuesto a defender sus ideas, y donde todo el mundo parece a su vez dispuesto a aceptar el transfuguismo político como si tal cosa.

     Ni falta que hace nombrar a nadie. Todos sabemos que esto pasa todos los días. Incluso ese transfuguismo se ha acelerado, para decirlo de algún modo. Porque antes era cosa de algunos años. Alguien cambiaba de bando luego de varios años de estar en un “espacio” para pasarse al otro.

     Es recordado el caso de Ricardo Lorenzo Borocotó, que marcó un hito. Pero la opinión pública en general se ocupó de este pediatra ex relator de fútbol, y no en quienes lo aceptaron en su mutación.

     Porque para bailar el tango, como suele decirse, hacen falta dos.  ¿Y quién fue el otro en este caso? Nada menos que Néstor Kirchner. Otro mutante otrora íntimo amigo de Domingo Cavallo, que también fue su consejero en el sonado caso de los fondos provenientes de las regalías petroleras de Santa Cruz, girados al exterior y cuyo destino final nunca se supo a ciencia cierta. También fue Kirchner el que dijo que Carlos Menem era el mejor presidente de la historia. Años más tarde, en un gesto de ordinariez suprema, llegó a tocarse un testículo ante la presencia del expresidente, para finalmente aceptarlo en las filas del kirchnerismo,  sector al que es funcional Carlos Menem en sus votaciones y presencias en el Congreso.

HÉCTOR BLAS TRILLO                                                   Buenos Aires,  8 de setiembre de 2015