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viernes, 30 de agosto de 2019

Visión Política

LA VERDADERA GRIETA

       



              ¿Qué cosa es realmente la llamada “grieta”? ¿Cómo se conforma?

A la luz de los acontecimientos políticos más recientes en el país, es interesante tratar de escarbar un poco más en esta cuestión.

Empecemos por decir que no somos sociólogos, ni politólogos ni nada que se le parezca. Somos simples ciudadanos opinando libremente según lo que hemos vivido y vivimos. Y agreguemos que en estas líneas haremos abstracción de toda forma de corrupción. No es la idea.

En términos generales cuando se habla de “grieta” no son pocos los políticos, analistas y público en su conjunto que consideran que constituye la divisoria de aguas entre kirchnerismo y macrismo.

De hecho, el candidato presidencial Roberto Lavagna ha encarado su campaña y sus posibles o reales alianzas basado en esta premisa. Y por eso intentó conformar un frente electoral que se mostrara distante de lo que él interpreta como la grieta. Ni macristas ni kirchneristas, fue y es su consigna.

En nuestra opinión la grieta lamentablemente existe, pero no es entre los sectores mencionados. Pero las disputas políticas han llevado a concepciones erróneas porque se basan en interpretaciones equivocadas.

Todos sabemos que el populismo divide desde siempre las aguas entre réprobos y elegidos. Y es allí donde tenemos que buscar, creemos, la esencia de la grieta.

Si partimos de la base de que el gobierno de Cristina Fernández ha constituido una dramática escena populista en la cual no existen adversarios sino enemigos, podemos empezar a poner las fichas en orden en el tablero político.

El kirchnerismo ha gobernado claramente desde una conformación autoritaria, con ataques permanentes a opositores. Listas negras, “escraches” por cadena nacional, ataques a disidentes o simples críticos fueron moneda corriente. Medios periodísticos, periodistas, actores, directores de cine, músicos, escritores, filósofos y hasta operadores inmobiliarios o un simple jubilado que quería comprarle 10 dólares a su nieto; sufrieron los embates despiadados de un régimen político basado en la divisoria de aguas populista en el más clásico de los sentidos. Se es parte del pueblo, o se es parte de “la contra”, la oligarquía, los “vendepatrias”, los “gorilas”. Cualquier calificativo vale para descalificar al enemigo.

Claramente se ve que se ha generado un enfrentamiento que fue calificado de grieta por el periodista Jorge Lanata, y que de ninguna manera pone de un lado a kirchneristas y del otro a macristas. No es así.

Es obvio que no todos los que rechazan el populismo y el autoritarismo son macristas. Ni de lejos.

Por eso, ha sido en nuestro modo de ver un grueso error plantear las cosas en esos términos.

Si vemos el escenario político hoy, con la designación del senador PIchetto como candidato a vicepresidente de Macri; o la división que existe en el peronismo, podemos ver de qué se trata más claramente todavía.

Quienes no quieren que regrese Cristina Fernández no son solamente macristas. De hecho, el actual gobierno está conformado por una coalición entre el PRO; la UCR, y la Coalición Cívica. Básicamente. Y ahora el senador Pichetto, nada menos que como candidato a vicepresidente.

Tenemos la impresión de que ciertas consignas vacuas han prendido de tal forma que algunos candidatos como el citado Dr. Lavagna han tomado casi como apotegmas.

El gobierno actual lleva adelante una política con claros rasgos socialdemócratas. Se sostiene el llamado Estado Benefactor a rajatabla. Planes de ayuda, jubilaciones sin aportes, pensiones a mayores de 65 años, asignación universal por hijo extensiva a monotributistas, subsidios, tarifas sociales y toda una gama de “beneficios” forman parte del paisaje más que nunca.

Comprar la idea de que éste es un gobierno de “prolijitos”, de “la derecha”, “neoliberal” y cosas así es bastante alejado de la realidad. Y es obvio que diversos opositores, en su gran mayoría de origen peronista, así se han expresado y expresan.

Podemos resaltar mil carencias del actual gobierno, falencias de todo tipo, errores, lo que se desee. Y es así. Acá hubo y hay pilas de errores conceptuales y de rumbo. Gente que se queda sin medicamentos del PAMI, tarifas que no pueden pagarse, etc.

Pero si observamos la gama de mecanismos de ayuda que a vuelapluma citamos, decir que éste es un gobierno “de derecha”, “para pocos” “elitista” y cosas así, es un grueso error o una simple y burda consigna política que han “comprado” no pocos candidatos. O, lo que es peor, que utilizan a sabiendas.

Así llegamos hasta aquí. Y mencionamos al Dr. Lavagna porque nos parece el más claro ejemplo de lectura equivocada de la realidad, si se nos permite la licencia. Para el kirchnerismo el enemigo no es Macri. Es todo el que se le oponga, venga de donde viniere. Y sea quien fuere. Y el gobierno es una coalición que largamente incluye a la social democracia.

Y si faltara alguna prueba más, la simbiosis política conformada por Macri y Pichetto acaba de dar la puntada final al actual tejido político nacional.

La verdad es, en nuestro modo de ver,  que toda la pátina autoritaria del kirchnerismo tiene su origen en el peronismo y eso constituye una verdadera divisoria de aguas. Incluso para el mismo peronismo actual. Porque el llamado “peronismo federal” u otras variantes por el estilo no adhieren hoy por hoy a la visión política del kirchnerismo “puro”.

Estamos ante una realidad producto de años de populismo que ha llevado a una confrontación de toda la sociedad. No solamente, ni de lejos, entre macristas y krichneristas.

Y esa es la verdadera y genuina grieta. Para un kirchnerista que se precie, los opositores son enemigos. Y son TODOS.



      

      

Buenos Aires, 20 de junio  de 2019                                         HÉCTOR BLAS TRILLO

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