Visión
Política
LA VERDADERA
GRIETA
¿Qué cosa es realmente
la llamada
“grieta”? ¿Cómo se conforma?
A
la luz de los
acontecimientos políticos más recientes en el país, es
interesante tratar de
escarbar un poco más en esta cuestión.
Empecemos
por decir que no
somos sociólogos, ni politólogos ni nada que se le parezca.
Somos simples
ciudadanos opinando libremente según lo que hemos vivido y
vivimos. Y agreguemos
que en estas líneas haremos abstracción de toda forma de
corrupción. No es la
idea.
En
términos generales cuando
se habla de “grieta” no son pocos los políticos, analistas y
público en su
conjunto que consideran que constituye la divisoria de aguas
entre kirchnerismo
y macrismo.
De
hecho, el candidato
presidencial Roberto Lavagna ha encarado su campaña y sus
posibles o reales alianzas
basado en esta premisa. Y por eso intentó conformar un frente
electoral que se
mostrara distante de lo que él interpreta como la grieta. Ni
macristas ni
kirchneristas, fue y es su consigna.
En
nuestra opinión la grieta
lamentablemente existe, pero no es entre los sectores
mencionados. Pero las
disputas políticas han llevado a concepciones erróneas porque
se basan en
interpretaciones equivocadas.
Todos
sabemos que el
populismo divide desde siempre las aguas entre réprobos y
elegidos. Y es allí
donde tenemos que buscar, creemos, la esencia de la grieta.
Si
partimos de la base de
que el gobierno de Cristina Fernández ha constituido una
dramática escena populista
en la cual no existen adversarios sino enemigos, podemos
empezar a poner las
fichas en orden en el tablero político.
El
kirchnerismo ha gobernado
claramente desde una conformación autoritaria, con ataques
permanentes a opositores.
Listas negras, “escraches” por cadena nacional, ataques a
disidentes o simples
críticos fueron moneda corriente. Medios periodísticos,
periodistas, actores,
directores de cine, músicos, escritores, filósofos y hasta
operadores
inmobiliarios o un simple jubilado que quería comprarle 10
dólares a su nieto; sufrieron
los embates despiadados de un régimen político basado en la
divisoria de aguas
populista en el más clásico de los sentidos. Se es parte del
pueblo, o se es
parte de “la contra”, la oligarquía, los “vendepatrias”, los
“gorilas”.
Cualquier calificativo vale para descalificar al enemigo.
Claramente
se ve que se ha
generado un enfrentamiento que fue calificado de grieta por el
periodista Jorge
Lanata, y que de ninguna manera pone de un lado a
kirchneristas y del otro a
macristas. No es así.
Es
obvio que no todos los
que rechazan el populismo y el autoritarismo son macristas. Ni
de lejos.
Por
eso, ha sido en nuestro
modo de ver un grueso error plantear las cosas en esos
términos.
Si
vemos el escenario
político hoy, con la designación del senador PIchetto como
candidato a
vicepresidente de Macri; o la división que existe en el
peronismo, podemos ver
de qué se trata más claramente todavía.
Quienes
no quieren que
regrese Cristina Fernández no son solamente macristas. De
hecho, el actual
gobierno está conformado por una coalición entre el PRO; la
UCR, y la Coalición
Cívica. Básicamente. Y ahora el senador Pichetto, nada menos
que como candidato
a vicepresidente.
Tenemos
la impresión de que
ciertas consignas vacuas han prendido de tal forma que algunos
candidatos como
el citado Dr. Lavagna han tomado casi como apotegmas.
El
gobierno actual lleva
adelante una política con claros rasgos socialdemócratas. Se
sostiene el
llamado Estado Benefactor a rajatabla. Planes de ayuda,
jubilaciones sin
aportes, pensiones a mayores de 65 años, asignación universal
por hijo
extensiva a monotributistas, subsidios, tarifas sociales y
toda una gama de “beneficios”
forman parte del paisaje más que nunca.
Comprar
la idea de que éste
es un gobierno de “prolijitos”, de “la derecha”, “neoliberal”
y cosas así es bastante
alejado de la realidad. Y es obvio que diversos opositores, en
su gran mayoría
de origen peronista, así se han expresado y expresan.
Podemos
resaltar mil
carencias del actual gobierno, falencias de todo tipo,
errores, lo que se
desee. Y es así. Acá hubo y hay pilas de errores conceptuales
y de rumbo. Gente
que se queda sin medicamentos del PAMI, tarifas que no pueden
pagarse, etc.
Pero
si observamos la gama
de mecanismos de ayuda que a vuelapluma citamos, decir que
éste es un gobierno
“de derecha”, “para pocos” “elitista” y cosas así, es un
grueso error o una
simple y burda consigna política que han “comprado” no pocos
candidatos. O, lo
que es peor, que utilizan a sabiendas.
Así
llegamos hasta aquí. Y
mencionamos al Dr. Lavagna porque nos parece el más claro
ejemplo de lectura equivocada
de la realidad, si se nos permite la licencia. Para el
kirchnerismo el enemigo
no es Macri. Es todo el que se le oponga, venga de donde
viniere. Y sea quien
fuere. Y el gobierno es una coalición que largamente incluye a
la social democracia.
Y
si faltara alguna prueba
más, la simbiosis política conformada por Macri y Pichetto
acaba de dar la
puntada final al actual tejido político nacional.
La
verdad es, en nuestro
modo de ver, que toda
la pátina
autoritaria del kirchnerismo tiene su origen en el peronismo y
eso constituye una
verdadera divisoria de aguas. Incluso para el mismo peronismo
actual. Porque el
llamado “peronismo federal” u otras variantes por el estilo no
adhieren hoy por
hoy a la visión política del kirchnerismo “puro”.
Estamos
ante una realidad
producto de años de populismo que ha llevado a una
confrontación de toda la
sociedad. No solamente, ni de lejos, entre macristas y
krichneristas.
Y
esa es la verdadera y
genuina grieta. Para un kirchnerista que se precie, los
opositores son
enemigos. Y son TODOS.
Buenos
Aires, 20 de junio de
2019
HÉCTOR
BLAS
TRILLO
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