ECONOMÍA DE ESTAÑO; PRECIOS, SUBSIDIOS E INFLACIÓN

 PRECIOS, SUBSIDIOS E INFLACIÓN.

A raíz de la nueva escalada del precio del dólar, vuelvo a escuchar la misma historia de siempre. Una y otra vez surge la peregrina idea de que controlando los precios se baja la inflación. Lo mismo se dice del precio del dólar, que hay que evitar que suba porque "provoca más inflación". En realidad el dólar es una mercancía más, y sube por efecto de la inflación. Lo mismo que las subas de precios. Ni una cosa ni la otra son causa de inflación, sino consecuencia. Porque la inflación es la pérdida de valor de la moneda, que se produce como consecuencia de la gran emisión espuria que se hace para financiar el enorme déficit fiscal.

Por lo tanto controlar precios y tipo de cambio, no baja la inflación, sólo a reprime. Por eso cada tantos años se produce un estallido. Se "sinceran" los precios o el tipo de cambio. Lo hacen los gobiernos, o lo hace el odiado mercado.

Los subsidios, por su parte, son una forma de disimular el índice de precios, dado que si el Estado paga por ejemplo buena parte de las tarifas del transporte público para que éste se barato, lo que hace es, entre otras cosas, evitar que suban las tarifas e incidan en el índice precios al consumidor que es lo que hoy por hoy todo el mundo llama inflación. La inflación está en eso, justamente, en que el Estado de hace cargo de pagar la diferencia entre lo que vale el boleto realmente, y lo que paga el pasajero. Como esa diferencia no incide en el índice de precios, se toma como si no existiera, pero sí existe, obviamente. Es más, el propio Estado, o gobierno, reconoce que existe, al pagar los subsidios.

Tal vez aburro con estas explicaciones, pero creo que es necesario insistir porque sigo oyendo las mismas cosas.

Cuando se congelan o controlan precios, se evita la inflación cargando en los comerciantes o productores, la diferencia que no paga el público. Esa diferencia no la mide el índice de precios, por lo que se toma como inexistente. Pero esa diferencia existe. Si no fuera así, no haría falta controlar los precios, como ocurría durante la llamada convertibilidad.